Pronto
  1. Home
  2. Noticias del corazón
  3. Famosos

Los engaños más sorprendentes de la historia: todos los famosos timados

En su último libro, Juan José Revenga explica que el Real Madrid y el Papa Francisco, entre otros, fueron víctimas de un engaño

El Papa Francisco fue usado en un timo.

Con el solideo del Pontífice un timador se embolsó cuarenta mil dólares y encima se quedó el original y vendió uno falso.

José de Santiago / Nereida Domínguez

Aventurero, explorador, corresponsal de guerra y escritor. Juan José Revenga publica el libro ‘Timadores’ (Ediciones Cydonia), en el que cuenta sus experiencias al lado de grandes profesionales del engaño.

"Por un lado están los timadores románticos, los de la vieja escuela, pero luego vinieron los de alta gama, que consiguen millones de euros en el mundo del petróleo, de la falsificación de contratos, los artífices de los grandes timos, los estafadores a los grandes bancos…", nos cuenta Revenga.

PRONTO: Me quedo con las pequeñas historias.

JUAN JOSÉ REVENGA: Una muy curiosa es la de Santiago, que trabajaba en el equipo de limpieza del estadio Santiago Bernabéu. Cuando el Real Madrid ganó su primera copa de Europa, en 1956, tuvo lugar una gran fiesta en el recinto. El hombre esperó a que acabara el evento y se quedó limpiando. Al ver el trofeo, lo cogió y lo escondió en el cubo de la basura. Al día siguiente se presentó en la tienda de un individuo que fundió el trofeo de plata y el ladrón se llevó treinta mil pesetas de la época.

P.: ¿Y qué hizo el equipo al enterarse del robo?

J.J.R.: Encargar una copia exacta ese mismo día.

Timo de la copa de Europa del Madrid.

En 1956, un empleado del Bernabéu robó la copa de Europa al Real Madrid. Años después, el hijo de aquel timador falsificó una quiniela de 14 aciertos.

Doble engaño con el Papa de por medio

P.: La anécdota del tunante que timó al Papa Francisco no tiene desperdicio.

J.J.R.: Yo conocía al individuo y estaba presente cuando nos dijeron que el Papa nos iba a recibir, y al pájaro no se le ocurrió otra cosa que comprar en una tienda de souvenirs una copia del solideo, el pequeño gorro redondo que lleva puesto el Santo Pontífice en la cabeza. Al estar delante del Papa le rogó que le cambiara su solideo por el que él llevaba. Y, ante el asombro de todos, el cambio se realizó. En teoría, la intención era guardar ese gran recuerdo, pero la realidad era que el pillo lo tenía vendido a un magnate mexicano por cuarenta mil dólares.

P.: La historia no acabó ahí.

J.J.R.: El tipo timó también al mexicano. Porque le vendió un solideo falso y se quedó con el del Papa. Lo tiene dentro de una vitrina en su casa.

El Papa Francisco.

El Papa Francisco.

P.: Existe el Torrente de carne y hueso.

J.J.R.: Sí. Un hombre tan descuidado en su aspecto que le apodaron como el protagonista de la película de Santiago Segura. Era un abogado que se dedicaba a timar a los chinos en España. Malvivía con sus chanchullos en un despacho de la madrileña calle de la Montera, en el que incluso dormían algunas prostitutas. Tenía cortada la luz. Un pícaro en toda regla.

P.: ¿Y el labriego que consiguió subir de estatus convirtiéndose en funcionario?

J.J.R.: Se metió en un partido político e invitaba a todo el mundo, se hacía el simpático, contaba chistes, y al poco tiempo le ofrecieron un puesto de una cierta relevancia. Cuando dijo que apenas sabía leer, le contestaron que lo único que tenía que hacer era firmar todos los documentos que le pusieran delante. Se prestó a tantos chanchullos que fue descubierto y acabó saliendo del edificio de la Junta de Andalucía detenido y esposado.

Acusó al hijo menor para librarse

P.: Me llama mucho la atención el caso del timador de la quiniela.

J.J.R.: En la década de los sesenta, en la que en las quinielas te ponían un sello y se cortaba el boleto en dos partes, una para el cliente y la otra para la Administración, a un timador se le ocurrió cómo conseguir una de 14 aciertos. El timador en cuestión se llamaba Pedro y era hijo de Santiago, el que robó la copa de Europa. Pedro entró en el despacho de las quinielas con su hijo pequeño. Mientras el padre organizaba una trifulca, el niño aprovechó que el empleado salió a ver qué pasaba para robar uno de los sellos. El domingo por la noche falsificaron un boleto cuando ya conocían los resultados de todos los partidos. Al día siguiente se presentaron en el banco para ingresar el boleto, pero se descubrió el timo y dos policías fueron a su casa a detenerle. Pedro no se cansaba de decir que era su hijo, menor de edad, el que había rellenado la quiniela…

P.: Esquivó la cárcel.

J.J.R.: Fue muy listo. Los agentes tuvieron que salir precipitadamente porque les comunicaron que había un atraco, y le dijeron a Pedro que volverían al día siguiente. El timador llamó al diario ‘Pueblo’ para contarles que Apuestas Mutuas –ahora Loterías y Apuestas del Estado– intentaba estafar a su hijo, que era menor, y la noticia apareció en la portada del periódico al otro día. Se organizó tal escándalo que, al final, terminaron entregándole a Pedro un millón de pesetas para que callara.

P.: ¿Quiénes son los peores timadores actuales?

J.J.R.: Ahora roban los hackers, que dominan las nuevas tecnologías. Antes veías al farsante imitando firmas para cobrar cheques. Y mandaban a menores a cobrarlos, que no podían ser detenidos si el timo se descubría, para eludir cualquier responsabilidad.

Loading…