Sufrir el acoso de sus compañeros en primaria y secundaria hizo que Duncan Laurence desarrollara su faceta como artista: «La música era un refugio, un lugar donde no estaba inseguro y donde podía dejar libres mis emociones», explicó poco antes de participar en el Festival de Eurovisión.
Él era precisamente el favorito de las apuestas de este año, gracias a una balada que compuso junto al productor Wouter Hardy, y que está inspirada en una pérdida. Trabajaron durante dos años hasta que quedaron satisfechos.
Y tanto trabajo terminó dando sus frutos, ya que Duncan ganó, justo en una gala en la que España quedó en 22º lugar y en la que la actuación de Madonna dejó mucho que desear. Más detalles en este enlace.