Terribles testimonios de afectados por la DANA
Las lluvias torrenciales provocaron terribles inundaciones en diferentes puntos de España que causaron la muerte de centenares de personas
"Estuve hasta la madrugada en el techo de una furgoneta"
La mañana siguiente a la fatídica tarde de lluvias, vecinos de muchas localidades salieron a la calle y comprobaron, desolados, el alcance de la tragedia. Algunos no dudaron en abrirse paso por encima de los vehículos que se agolpaban.
Aunque desde la Agencia Estatal de Meteorología habían alertado de la cercanía de un episodio de gota fría y se activó la alerta roja a primera hora de la mañana del día 29, la Generalitat valenciana tardó horas en trasmitirla a los ciudadanos, la mayoría de los cuales habían seguido con su rutina habitual sin tomar precauciones aunque ya estaba lloviendo.
No fue hasta pasadas las 20 horas de la tarde cuando se usó el sistema de alertas para enviar SMS directamente a los teléfonos de la población en situaciones de alto riesgo. "Alerta de Protección Civil. Por las fuertes lluvias y como medida preventiva se debe evitar cualquier tipo de desplazamiento en la provincia de Valencia. Estén atentos a futuros avisos a través de este canal y fuentes oficiales", fue el texto que recibieron un gran número de residentes en la provincia de Valencia cuando ya era demasiado tarde.
Las lluvias torrenciales, que en algunos puntos llegaron casi a los 500 litros por metro cuadrado (491 se registraron en la localidad valenciana de Chiva en ocho horas), provocaron el desbordamiento de ríos e inundaciones de edificios y cogieron desprevenidas a centenares de personas que se vieron atrapadas en su lugar de trabajo, en tiendas o en sus vehículos y vivieron situaciones escalofriantes, de las que, lamentablemente, no todos pudieron salir con vida.
Hablamos con los afectados por la DANA
Los testimonios de algunos supervivientes son estremecedores, hablamos con algunos de ellos. "Soy profesora de autoescuela y estaba circulando. Cuando vi cómo llovía, decidí volver para dejar el coche, pero, cuando llegué, el agua ya había subido mucho de nivel. Cuando llegó a la manecilla de la puerta, salí por la ventanilla y subí al techo del coche", explica Mari Carmen. Cerca de ella había un grupo de hombres sobre una furgoneta que la animaron a que se uniera a ellos. Allí estuvieron desde las 19:30h de la tarde hasta la una y media de la mañana, cuando fueron rescatados.
Circulando por la AP7 de regreso de Alicante, se encontraba David cuando empezó su infierno. "A eso de las 19.30 h en la intersección con la salida de Calicanto, vi que estaba todo el tráfico parado y, de repente, el río se empezó a desbordar. La fuerza era tal que el agua golpeaba los coches. La gente intentaba avanzar e ir a la parte más alta de la carretera", cuenta este barcelonés que se encontraba en la comunidad valenciana por trabajo y que, afortunadamente, logró salvar su vida. "Cuando el agua ya caía por encima del techo, puse punto muerto en el coche e hice una maniobra y, dejándome llevar por el agua, me coloqué entre una furgoneta y un camión y me quedé allí", nos contó.
Atrapado en la autopista, como tantos otros conductores, David fue testigo de momentos dramáticos. “A unos 100 metros de donde estaba vi a una madre con dos niños que, presa del pánico, salió del coche con los pequeños en brazos. La fuerza del agua se los llevó. De ella sé que está desaparecida y a los niños los encontramos sin vida en los árboles. Fue desolador”, recordaba.
Las vías del tren también sufrieron los efectos del desastre natural, por lo que quedó interrumpida la circulación.
Tras pasar la noche en la carretera, sobre las 6 de la mañana del 30 de octubre, David y otros supervivientes andaron entre el fango dos kilómetros hasta Calicanto y, una vez allí, se encontraron con que no había luz en el supermercado y, que para poder adquirir agua y algo de comida, tuvieron que realizar una larguísima cola. Con el coche destrozado, las carreteras cortadas y la circulación de trenes suspendida, no tuvo manera de regresar a Barcelona y pudo pasar la noche del 30 de octubre en un piso gracias a que unos conocidos de un compañero de trabajo le abrieron las puertas en la localidad de Torrent, a la que llegó tras caminar otros 10 kilómetros.
En Valencia, la localidad de Paiporta se llevó la peor parte de la devastadora DANA. De los fallecidos en la provincia confirmados al cierre de nuestra edición, 62 murieron en esta población. "Fue como un pequeño tsunami muy potente que nos medio volcó el coche", contaba Valeria, vecina de este municipio que intentaba volver a casa acompañada de su marido, pero el agua se lo impidió y los arrastró hasta cerca de una gasolinera. "Allí, un chico que es militar, que ha sido un héroe, cogió una manguera y nos subió a 22 personas al tejado de la gasolinera. Estuvimos hasta las dos de la mañana, cuando empezó a bajar el nivel del agua", contaba.
Mujer siendo rescatada de la inundación en Utiel.
Los tejados también se convirtieron en el refugio de los trabajadores de las naves industriales que se vieron atrapados. "El agua venía de un lado y de otro y no podíamos salir", recordaba Ousman, quien escaló a lo más alto con otros compañeros y esperaron toda la noche hasta que la Guardia Civil los localizó y los rescató.
Preocupación por los familiares
Guardias Civiles mirando las ruinas de un edificio afectado por la inundación.
Destrozada se quedó María cuando vio por televisión las imágenes de una mujer que era arrastrada por una tromba de agua en Catarroja y no tuvo ninguna duda de que se trataba de su hermana. Ella creyó que se iba a ahogar y la perdería para siempre, pero no fue así. Metros más abajo un hombre pudo cogerla del brazo y le salvó la vida. "Espero algún día conocer a ese hombre porque, si no hubiese sido por él, mi hermana ahora mismo no podría contarlo", explicó María, entre lágrimas, en el programa 'Y ahora Sonsoles'.
Aunque Valencia registró el mayor número de víctimas mortales, la intensidad de las lluvias también provocó fallecidos en Cuenca, Albacete y Málaga. El arroyo de la pequeña localidad albaceteña de Letur, con menos de 1.000 habitantes, se convirtió en una gran tromba de agua que se llevó por delante calles enteras.
En Mira, en la provincia de Cuenca, falleció una mujer de 88 años mientras que en Málaga murió un hombre de 71 años después de haber sido rescatado con vida pero con una grave hipotermia que le provocó un infarto durante su traslado al hospital.
Más de 50.000 voluntarios se han trasladado a Valencia para ser dirigidos a las zonas afectadas.
Desde que se empezó a conocer el alcance de la tragedia, se produjeron muestras de solidaridad desde todos los puntos de España. Millones de ciudadanos se interesaron por saber cómo podían ayudar a los afectados por la DANA y enseguida se pusieron en marcha iniciativas desde diferentes puntos de la geografía con la intención de hacer llegar bienes de primera necesidad al mayor número de personas posible.
Una de las entidades que se apresuraron a movilizarse fue la Fundación Reina Sofía, que dotó con 50.000 euros a un fondo de emergencia para los afectados. Esta ayuda la gestionará la Federación Española de Bancos de Alimentos y se canalizará a través de los Bancos de Alimentos locales.