Almudena Cid y Christian Gálvez: así ha sido el reparto de bienes
Con la firma del divorcio, ha salido a la luz cómo se han repartido Almudena Cid y Christian Gálvez todo lo conseguido durante sus casi 11 años de matrimonio
Tras tres meses siendo los protagonistas de buena parte de las noticias del corazón, Almudena Cid y Christian Gálvez ya están legamente divorciados. La expareja firmó hace unos días un acuerdo de divorcio que, de primeras, al no haber tenido hijos y haberse casado en régimen de separación de bienes, no parecía que fuese a complicarse mucho.
Y aunque nada del proceso ha salido a la luz, sí que se ha filtrado lo más importante: cómo se han repartido el presentador y la gimnasta reconvertida en actriz todos los bienes atesorados en común durante sus casi 11 años de matrimonio.
Según públican medios como el diario ABC, "Gálvez habría aceptado todas las peticiones de la que fuera su mujer". Así las cosas, hemos podido saber que Almudena Cid se ha quedado con un loft valorado en 225.000 euros, un coche, una furgoneta, dos plazas de garaje y, tal y como informa el citado medio, "una cantidad de dinero no especificada".
El que fuera el hogar conyugal pasa a ser ahora la vivienda del presentador, ya que fue quien la compró en los inicios de su relación, antes de casarse. ¿Será este impresionante chalet ahora el primer nidito de amor de Christian Gálvez y Patricia Pardo? Desde luego, se trata de una casa espectacular de la que Almudena ya nos había mostrado varios rincones, pero cuando pudimos ver el gran salón en todo su esplendor fue cuando la expareja acudió como invitada a 'Mi casa es la tuya':
Almudena Cid: una mudanza agridulce
Hace solo unos días, la ex olímpica acudía con sus padres a su antigua casa para recoger sus pertenencias y llevarlas a su nuevo apartamento. Lo que no sabían ninguno de los tres era la amarga sorpresa que les esperaba: Christian decidió grabarlo todo para, según reveló el periodista Saúl Ortiz al diario 20 Minutos, "evitar nuevos conflictos".
Sin duda, un último adiós que habrá dejado a la gimnasta muy mal sabor de boca, ya que, pese a que la casa era propiedad de su marido, ella guarda allí grandes recuerdos.