Así es Lucía, la hija misionera de Arantxa del Sol
A sus 21, la hija de Arantxa del Sol y Finito de Córdoba es una joven responsable, estudiosa... y un gran apoyo para sus padres
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Arantxa del Sol y Finito de Córdoba son una de las parejas más estables del panorama patrio: llevan 23 años casados y de su unión han nacido 2 hijos, Lucía y Juan.
La primogénita, que ya tiene 21 años, se ha convertido en uno de los grandes apoyos de su madre, especialmente ahora que ha vuelto a la actualidad tras fichar por 'Supervivientes'.
"Tengo una hija muy fan de este programa y estaba encantada de que me fuera a Honduras", reveló en 'De viernes' hace algunas semanas.
Así es Lucía, la hija misionera de Arantxa del Sol y Finito de Córdoba
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Ayer mismo, la hija de Arantxa del Sol recuperaba esta tierna imagen suya de cuando era un bebé (hoy tiene 21 años) junto a su madre, para desearle toda la suerte del mundo en su aventura en Honduras.
"Empieza una de las aventuras más grandes de tu vida y no podemos estar más orgullosos de ti, de tu sacrificio diario, tu entrega y tu valentía. Aprovecha la experiencia, aprende, disfruta de tus compañeros, proponte nuevos retos, llora, ríe, sé tú, ábrete porque tu corazón vale oro y no debes dejarte nada grande para ti sola. No podemos prometerte que será fácil, pero en esos momentos duros, acuérdate de todos los que te queremos y te apoyamos desde aquí", escribió la joven, en una publicación que se ha llenado de likes y de comentarios de aliento.
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Pese a la fama de sus padres, tanto Lucía como su hermano Juan han crecido lejos de ojo público y, a día de hoy llevan vidas anónimas, como cualquier joven de su edad.
Lucía es brillante estudiante de Diseño Gráfico y Multimedia en Madrid, pero utiliza sus veranos para una actividad poco común en chicas de su edad...
Lucía, la hija de Arantxa del Sol, misionera en Paraguay
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El verano pasado, Arantxa del Sol dijo de su hija que tiene un "corazón inquieto y generoso dispuesto siempre a ayudar a los demás". Y es que la joven, durante los meses de descanso de la Universidad, en lugar de quedarse descansando en la playa, puso rumbo a Paraguay y Argentina y se convirtió en misionera solidaria.
"Lo ha hecho junto con la Asociación Somos Una Familia, dedicada a la ayuda a los más necesitados por medio del trabajo y la educación en valores con niños y jóvenes, especialmente los más desfavorecidos y en situación de exclusión social", explicó entonces el diario El Mundo.
Sobre su labor allí, el citado medio reveló que "entre las acciones a que se dedicará Lucía en Paraguay se encuentra apoyar la educación de un grupo de chicas que han sido víctimas de situaciones dramáticas". Más tarde, en Argentina, su cometido fue colaborar en "clases de apoyo a niños de los poblados y en campañas educativas-sanitarias".
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Además de adorar a su madre, Lucía tiene también una relación de lo más cercana con su padre, Finito de Córdoba, al que en redes sociales llama cariñosamente "Wachu".
De él ha heredado su amor por los caballos y, por supuesto, por los toros, y en redes sociales la solemos ver ayudando a su padre, incluso a vestirse antes de una corrida.