Carmen Sevilla: la consagración de una estrella
Mientras su carrera artística iba viento en popa, el amor se le resistía a aquella muchacha hermosa e ingenua, que iba a entregarse sólo al hombre que la llevara al altar
En el segundo capítulo de la interesante biografía de la “novia de España”, Carmen Sevilla, conoceremos los problemas por los que, siendo una jovencita recatada y sin experiencia en el amor, pasó Carmen cuando tuvo que grabar las escenas con besos apasionados en sus primeras películas.
Tras analizar cómo comenzó su carrera artística, nos centramos en su faceta más personal. “Yo no había besado nunca a ningún hombre y, por supuesto, besé con la boca muy cerrada”, diría la actriz, que entonces tenía 17 años. Repitieron la toma 12 veces, mientras Negrete le gritaba al director que así no había manera de dar un beso apasionado. “¡Y menos a una novia que podría ser mi hija!”, aullaba el mexicano.
Una bella amistad con Luis Mariano
Luis Mariano fue un bálsamo tras su primer desengaño amoroso. Le aportó mucha alegría y tranquilidad, le enseñó mucho y le dio una gran seguridad durante los rodajes. Ella lo recuerda como un caballero, educado, espléndido y cariñoso. Su relación, llena de complicidad, confundió a algunos que creyeron que mantenían un idilio. De hecho, él se le declaró diciéndole que era la mujer con la que siempre había soñado, pero ella intuía que había algo invisible que se interponía entre los dos.
“Quizás eran sus gestos, excesivamente amanerados, y eso, en aquella época, se veía peor que mal”, comentaría Carmen años más tarde. Además, lo que sentía por Luis Mariano nada tenía que ver con lo que sintió por su primer amor, Carlos Arruza.
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