George Clooney cumple 60 años convertido en un feliz padre de familia
El actor cambia de década plenamente satisfecho con su vida, que dio un giro radical hace 8 años, cuando se enamoró de la abogada Amal Alamuddin
“Nunca escupas al aire... te puede volver”, dirían los mayores del lugar. Pues George Clooney no se aplicó el cuento y, en su azarosa juventud, cuando no había “lady” que se resistiera a su pícara sonrisa, aseguró: “Jamás volveré a casarme” –su matrimonio con la actriz Talia Balsam había durado cuatro años–, y añadió “y no pienso tener hijos en mi vida porque no soy la persona más responsable del mundo”. ¡Ja!
A sus 52 años, el aire le trajo a la abogada Amal Alamuddin y ¡adiós principios! Se casó, tuvo mellizos y abandonó la vida canalla, transformando su pasión por el tequila en un próspero negocio con su gran amigo Rande Gerber, marido de Cindy Crawford. Ahora, a sus 60 años recién cumplidos, en un hombre feliz absotulamente centrado en su familia. ¡Incluso se escribe cartas de amor con su mujer.
“Suelo tocarme para ver si es un suen?o, pero es la pura realidad”
Cindy Crawford formaba parte de la extensa lista de mujeres con las que se re- lacionó al actor antes de conocer a su actual esposa. Modelos como ella y Elle MacPherson; actrices como Kelly Preston –la tristemente desaparecida mujer de John Travolta–, Cameron Díaz, Lucy Liu, Courteney Cox, Renée Zellweger, Krista Allen, Kimberly Russell, Lisa Snowdon y Elisabetta Canalis; camareras como Sarah Larson; la exluchadora Stacy Keibler... fueron capítulos más o menos fugaces de su vida.
“Atraigo a las mujeres res –decía por aquel entonces–. Suelo tocarme para ver si lo que vivo es un sueño, pero es la pura realidad. Y no tengo por qué sentirme mal, peor sería que dijeran que soy mala persona o un idiota. Aunque, en realidad, las etiquetas no me preocupan”. Otra que le habían puesto era la de “homosexual” y él se lo tomaba a guasa.
Le dijeron: “Te casara?s con ella”
Convertido en un irreductible soltero de oro, Clooney vivía despreocupadamente rodeado de sus incondicionales “buddies” –amigos– y sus padres, Nick y Nina, a los que adora. Con ellos se encontraba en su casa del lago italiano de Como en julio del 2013, cuando un amigo le llamó para decirle que estaba por la zona y que si podía pasar a verle con una amiga.
George no conocía a aquella mujer, llamada Amal Alamuddin, pero su representante sí y, según contó el actor en una entrevista con David Letterman, le dijo: “Te casarás con ella”.
El padre del actor recuerda que, a lo largo de la velada vio como la cara de su hijo iba cambiando mientras charlaba con aquella atractiva y reputada abogada de derecho internacional, asesora de Kofi Anan, miembro de varias comisiones de la ONU...
“Nos quedamos despiertos hablando toda la noche –relató George–. Y conseguí su dirección de correo electrónico. Comenzamos a escribirnos (...) Hasta que pasado un tiempo se hizo evidente que éramos más que amigos”.
Temía cómo iba a afectarle la popularidad a Amal
Muy ilusionado, el protagonista de “Ocean’s eleven” quedó con Amal para su primera cita en Londres en octubre del 2013, pero temía cómo le podía afectar a ella su popularidad.
“Fuimos a cenar –contó–. Amal eligió el sitio, uno de esos lugares tan modernos y chic. Y, cuando salimos, había 50 paparazis, pero ella manejó la situación como una campeona”. Entonces lo supo. Le iba a cambiar la vida.
“Fue la primera vez en que todo lo que ella hacía y todo lo que tenía que ver con ella era más importante que yo mismo”, explicó en la CBS.
Meses después, el 28 de abril del 2014, George preparó una cena especial, porque dice que “Amal hace reservas, pero, en casa, quien cocina soy yo”, y mientras sonaba una canción de su tía, la cantante Rosemary Clooney (que dice: “¿Por qué no debería? ¿Por qué no debería arriesgarme cuando el romance ocurre?”), se arrodilló y le pidió matrimonio.
El 7 de septiembre de ese mismo año, se dieron el “sí, quiero” en el Ayuntamiento de Venecia (Italia) y celebraron una boda que duró cuatro días.
Casi tres años después, el 6 de junio del 2017, se convirtieron en padres de los mellizos Ella y Alexander, y George, el irreductible seductor, cayó felizmente rendido a sus pies.
Un entregado padre y eficiente “amo de casa”
Desde entonces, se ha centrado en su carrera –más en dirigir que actuar– y en su familia. Por ejemplo, ha contado cómo Amal, los niños y él pasaron el confinamiento solos en su casa de Los Ángeles: “Hacía tiempo que no ponía 15 lavadoras en un día o que pasaba la mopa por el suelo ¡Hasta barnicé las puertas! Me sentí como mi madre en 1964 porque ella tenía dos niños y nada de ayuda. Ahora la entiendo más”.
¡Ay, George, quién te ha visto y quién te ve!, has pasado de irreductible seductor a feliz padre de familia y nos cuesta decidir cómo nos gustas más.