Manuel Díaz 'El Cordobés': lo único que no le gusta de su mujer
El torero ha dejado claro con un solo y divertido gesto lo que no le gusta de Virginia Troconis. ¡Te lo contamos!
Virginia y Manuel tienen dos hijos en común y están muy orgullosos de ellos.
Manuel Díaz 'El Cordobés' tiene una relación muy especial con su mujer, y los 18 años de matrimonio que han cumplido, lo avalan.
Junto a Virginia Troconis, el torero ha formado una preciosa familia junto a sus dos hijos en común: Manuel y Triana, y Alba, la hija que tuvo con Vicky Martín Berrocal.
Pese a que la relación sigue intacta como el primer día, el diestro ha confesado lo único que no le gusta de su mujer, ¡te lo contamos!
Un pequeño y divertido "defecto"
Manuel Díaz 'El Cordobés' está muy feliz junto a la familia que ha creado, y una de las principales "culpables" es su mujer Virginia.
Durante el documental emitido el pasado otoño sobre la vida del torero "Lazos de sangre", pudimos descubrir las intimidades de Manuel, las confesiones más íntimas con su mujer, ¡incluso con su ex, Vicky Martín Berrocal!
De él conocimos ciertas anécdotas y vivencias hasta entonces desconocidas y pudimos darnos cuenta del enorme aprecio y cariño que tiene el matrimonio.
Manuel y Virginia son activos en sus redes sociales y, muy a menudo, comparten grandes momentos que viven en su intimidad, ya sean viajes, salidas, etc.
Pero en esta ocasión, la venezolana se ha hecho eco de lo único que Manuel no le gusta de ella: sus zumos.
Tras una sesión de duro entrenamiento sobre la bicicleta (que también ha mostrado en sus redes sociales), Virginia le ofrecía al torero un zumo (que tiene toda la pinta de ser detox) y él, con cara de pocos amigos, lo cogía y le daba un sorbo sin cambiar la mueca de desagrado de su rostro.
Más tarde, Manuel respondía al vídeo en su perfil de Instagram añadiendo un gracioso mensaje: "Va a acabar conmigo", mostrando así su desagrado con la bebida que le ofreció.
Además, en tono de humor, podemos escuchar cómo Virginia le insiste "mmm que bueno está", (refiriéndose al zumo), a lo que el torero le seguía el rollo contestándole afirmativamente, aunque su cara decía todo lo contrario.
¡Qué divertida y unida está la pareja!