Máximo Huerta recuerda su dura infancia junto a su padre, que tenía problemas con el alcohol
El escritor ha reflejado mucho sobre su etapa de niño en su nuevo libro
Máximo Huerta, siempre muy unido a su madre
De hecho, Máximo, muy unido a su madre, Clara Hernández, confesaba hace unos meses en sus redes que su padre no le permitía a su esposa hacerse la manicura: "Mi padre no le dejaba a mi madre pintarse las uñas, ni vestirse de rojo. Jamás lo hizo. Anoche quise darle la vuelta al destino y a la vida que nos queda. Y se las pinté de rojo con un frasquito que regalaba una revista mensual. Del rojo que nunca pudo. Y ahora se mira diciéndome lo bonitas que le quedan. Y yo le digo, feliz, que sí. Que está preciosa", escribió en su Instagram.
El exministro de Cultura y Deporte, además, ha confesado que su madre y él vivían con miedo: "Que viene tu padre, que no se entere tu padre", le advertía ella. "El sonido de las llaves lo recuerdo yo, no por el ruido sino por el silencio que generaba. A veces venía como venía. Yo me sentaba en la cocina con mi madre porque sabía que no estaba bien. Huía de mi padre y me iba a la habitación a escribir".
"Ese papel de cuidador lo he tenido siempre"
"Mi padre llegaba ya mal a casa cuando tenía 30. Era un caballo desbocado, sin jinete", añadía, recordando que "yo me metía en la habitación a huir y en esa habitación construía, muy Ana María Matute, mi bosque, mis palacios, mis amigos. Los construía yo. Escribir era para mí hablar solo, y no me molestaba nadie. Mi habitación estaba al fondo de un pasillo que permitía que no se oyera nada", contó, por lo que la literatura fue su vía de escape durante esos años difíciles.
"Debido al carácter de mi padre, que era un hombre de bar, callejero, camionero, de Farias, cero conversador, con esa masculinidad exacerbada, yo me quedaba en casa para proteger a mi madre del ruido cuando mi padre llegaba con una copa de más. Ese papel de cuidador lo he tenido siempre".
"Mi padre y yo no hablábamos, tuve que entender que los te quiero eran un 'mira el aceite del coche o cambia las bujías'. Nunca que me lo ha dicho, me he enterado por el bar. Mi madre me mandaba a buscarlo al bar", desveló en la entrevista que hizo con Risto Mejide en 'Chester', el programa de Cuatro.
Por otro lado, cuando sus progenitores se hicieron mayores, él no hizo distinciones y cuidó de los dos por igual. Al igual que ahora está volcado con la enfermedad de su madre, también estuvo al lado de su padre hasta el final.
Según desveló en el programa de Cuatro, "la vejez era dura para los dos. Yo le dije: 'Joder, papá, con la mala hostia que has tenido siempre. ¡Sube!'. No era el momento de decir eso, pero se giró y me dijo un perdón que era por toda la vida. Como con carácter retroactivo. A mí me sonó a 'hijo, perdona'. Fue de verdad y a mí ya me dejó paz".