Vicky Martín Berrocal nos cuenta cómo ha conseguido perder 22 kilos
La diseñadora, que reconoce que de pequeña sufrió "bullying", amadrinó el movimiento "Más grande que yo" para desestigmatizar esta enfermedad
Ella siempre ha sido una mujer de bandera y ha defendido su físico estuviera en la talla que estuviera. Sin embargo, la sevillana Vicky Martín Berrocal llegó a pesar 95 kilos y a sentir que su salud no iba bien. En noviembre del 2020, quiso ponerle remedio a su sobrepeso y ahora, con 22 kilos menos, reconoce que es más feliz. De todo el proceso vivido con los nutricionistas y, a raíz de la experiencia que otras mujeres comparten con ella, lo que le queda claro es que "hay que tratar la obesidad como una enfermedad más y tener empatía".
Por ello, recientemente volvió a amadrinar el movimiento "Más grande que yo", donde se habló del enfoque endocrino-psicológico de la enfermedad, de la comida como vía de escape, la relación entre la belleza y la delgadez y de lo injusto que es que la obesidad no se trate como una enfermedad y que sea una de las causas del bullying.
"Vivimos en una sociedad muy cruel con la obesidad"
Superada su separación del portugués João Viegas, Vicky se siente feliz en España, disfrutando de su familia y sus proyectos. Y, de momento, no tiene ganas de enamorarse. Así nos lo contó tras una charla en la que destacó la importancia de acudir a médicos para tratar el sobrepeso.
"En este país padecer obesidad es una locura. Vivimos en una sociedad muy cruel con esta enfermedad. Ante cualquier otra, todos ayudamos, pero con la obesidad te señalan, te insultan y te imitan. Gracias a esta campaña quitamos el tabú, enseñamos que esto es una enfermedad y que hay que pedir ayuda", nos dijo.
"Cuando era niña me llamaban gorda"
PRONTO: Tú de pequeña sufriste acoso escolar por estar gorda.
VICKY MARTÍN BERROCAL: Me llamaban gorda, pero yo llegaba a casa y mi madre me daba la mano muy fuerte. Me decía: "¿Te gustas tú? Pues ya está".
P.: ¿De niña ya eras una mujer con poderío y las ideas claras?
V. M. B.: No siempre he sido fuerte, uno sufre de pequeño y eso marca una vida.
P.: ¿Cómo vas de salud?
V. M. B.: Fenomenal. Yo llevo desde noviembre del 2020 cuidándome, comiendo sano y haciendo deporte, boxeo. Pero, a veces, como torrijas, pasta o cerveza. Yo me puse en manos de médicos porque me costaba levantarme de una hamaca, no podía dormir y me cansaba. Hoy soy otra, soy más feliz. Y no es por el cuerpo, es porque mi mente está mejor. El boxeo me ha ayudado mucho.
P.: ¿Qué hacías mal?
V. M. B.: Viajaba mucho, estaba siempre con maletas arriba y abajo, me enfrentaba a un día a día agotador y me daba premios en forma de comilonas. Me comía platos de pasta de medio kilo. La ansiedad se paga con comida. Por eso yo llegué a pesar 95 kilos.
P.: ¿Y cuánto has bajado?
V. M. B.: Cerca de 22 kilos. La clave es confiar en tu médico y no tener prisa.
"Yo no soy de amores de verano"
P.: Ahora vas a lucir cuerpazo este verano. ¿Qué planes tienes?
V. M. B.: Como todo el mundo: descansar, viajar, pasar las vacaciones con mi madre, mi hija, mi hermana y mis amigos en el sur. Y sin dejar de hacer cosas, porque la vida es corta. Sobre todo quiero disfrutar de las pequeñas cosas. No es necesario más para ser feliz.
P.: ¿Habrá tiempo para que vivas algún idilio veraniego?
V. M. B.: Yo no soy de amores de verano, no me van. Soy de amores de verdad.
P.: Pero, ¿te apetece enamorarte?
V. M. B.: Lo que más me apetece es vivir y disfrutar de mi país. Regresé hace seis meses y me siento muy arropada y bendecida. Volví a mi día a día de siempre, que yo dejé, y a estar cerca de mi familia y quedar con mis amigos. Portugal me trató muy bien y me recibió estupendamente, pero lo tuyo es tuyo.
P.: Así que el siguiente novio, o es español o que se quede en España...
V. M. B.: ¡Eso, eso! Que sea de donde sea, no me importa, pero que se quede en España. Yo ya no hago más las maletas.