El pasado sábado 23 de noviembre, de madrugada, moría Asunción Balaguer, una gran actriz catalana que, por amor, optó vivir a la sombra del gran Paco Rabal, su marido durante 50 años.
Simpática, cariñosa y con unas dotas interpretativas impresionantes, que demostró cuando, al quedar viuda, decidió volver al mundo de la interpretación, Asunción falleció tranquilamente, pocos días después de haber cumplido los 94 años, rodeada de su familia. Un adiós a una vida que vivió de la manera en que ella quiso.
Su hija, Teresa Rabal, expresoÌ a las puertas del tanatorio su inmensa pena con palabras cargadas de emocioÌn y dolor: «La hemos cuidado hasta el final. Cuando murioÌ nuestro padre la empujamos a que volviera al trabajo y asiÌ lo hizo. Su obsesioÌn fue, hasta el final de sus diÌas, estar en los escenarios».
AdemaÌs de los familiares, por la sala pasaron amigos y compañeros como Ana BeleÌn y ViÌctor Manuel, Carlos HipoÌlito, Pepe Viyuela, Carlos Iglesias, Jorge Sanz o Emilio GutieÌrrez Caba. Tras la cremacioÌn de sus restos mortales, sus cenizas se trasladaron a AÌguilas (Murcia), donde el pasado lunes 25 de noviembre se instaloÌ otra capilla ardiente en la Casa de Cultura Francisco Rabal, el mismo lugar donde se veloÌ al actor hace 18 años.
No te pierdas esta semana, en Pronto, el reportaje sobre la entrañable intérprete en el que te explicamos cuál era su último gran sueño. El que no vio cumplido.