Inquieta y aventurera, Pauline Ducruet llevaba meses preparándose para participar en el rali Aïcha des Gazelles, una competición automovilística únicamente para mujeres que transcurre mayoritariamente por el desierto de Marruecos. «Me muero de ganas de que empiece este maravilloso y ambicioso reto», había confesado la joven, de 23 años.
Finalmente, el gran día llegó el pasado 16 de marzo y en la jornada que signficaba el pistoletazo de salida de la carrera no faltaron ni la madre ni el padre de Pauline, divorciados desde hace más de dos décadas. Aunque es poco dado a aparecer en actos públicos, Daniel Ducruet hizo una excepción en esta ocasión para abrazar a su hija y desearle toda la suerte del mundo.
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