Mientras Rocío Carrasco se casaba con Fidel Albiac en una fastuosa boda de tres días en una finca toledana, a más de 400 kilómetros de distancia, en Málaga y en Chipiona, su familia intentaba hacer su vida normal acudiendo a la procesión de la Virgen de Regla, de la que tan devota era su madre, Rocío Jurado. La hija de «La más grande» estaba rodeada de más de 230 amigos, pero allí no estaban ni sus hermanos, Gloria Camila y José Fernando Ortega, ni los hermanos de su madre, ni, lo peor, sus propios hijos, Ro, de 19 años, y David, de 17, quienes, según su padre, Antonio David Flores, lo están pasando fatal. Conoce, en tu revista PRONTO de esta semana, todos los detalles de la boda y de los desencuentros de esta familia que, fallecida Rocío Jurado, se ha deshecho por completo.