Nuevas fuentes de agua para hacer frente a la sequía mundial
Cuando los incendios y las olas de calor azotan nuestro planeta surgen alternativas para salvarlo
Justo 40 años después de que se decretara la gran alerta roja por escasez de agua en toda España, volvemos a enfrentarnos a una sequía histórica.
Las predicciones de la AEMET, la Agencia Estatal de Meteorología, no son alentadoras. Nuestro país sólo podría revertir su árida condición con lluvias abundantes y duraderas, pero éstas, aunque podrían sorprendernos y llegar en otoño, de momento no se prevén.
La falta de precipitaciones ha provocado, además, que baje estrepitosamente el caudal de muchos ríos y que, ahora mismo, la reserva hídrica en España no llegue ni a la mitad de su capacidad con unos embalses, de media, al 43,2% de su cabida.
Efectos devastadores: la Tierra está ardiendo
La situación, agravada por los efectos del cambio climático, no se observa sólo en nuestro territorio. Según el Observatorio Europeo de la Sequía, ésta ya afecta a casi un 60% del continente, con un 46% de la superficie europea en niveles de advertencia por sequía y un 11% en alerta.
El panorama tampoco mejora a nivel mundial. Las temperaturas han aumentado en todo el planeta, favoreciendo un clima cada vez más árido, agudizado a su vez por la carencia de lluvias a escala global. Esto ha provocado una continua sacudida de olas de calor e incendios.
La Tierra arde y ante esta desoladora afirmación sólo hay una salida: buscar soluciones.
Alternativas para conseguir agua
La vida en el planeta no sería posible sin agua y, aun así, muchos piensan que es un recurso inagotable y lo malgastan sin miramientos. Por eso y como primer paso, es fundamental promover el ahorro de este bien entre la población aunque, en el punto crítico que nos encontramos, con esta medida no será suficiente.
La ONU afirma que en el 2050 casi la mitad de los países del planeta sufrirán de sequía y acaba de publicar el libro "Fuentes no convencionales de agua", supervisado por El Instituto para el Agua, Medio Ambiente y Salud de la ONU, con algunas de las mejores alternativas para remediar la escasez de este preciado líquido.
Una de las mencionadas es el "Atrapanieblas", del que ya hablamos en Pronto. Un sistema económico y sostenible que logra recoger el vapor de agua de la niebla mediante mallas verticales de plástico con perforaciones, consiguiendo así hasta 400 litros de agua al día.
Otra llamativa técnica, que aparece en este libro, es el "Sembrado de nubes". Dispersando en la atmósfera sustancias como yoduro de plata o dióxido de carbono congelado se obtienen nubes artificiales capaces de producir lluvia.
Los expertos señalan la desalinización del agua marina como una de las alternativas a tener más en cuenta, ya que el desarrollo de nuevas tecnologías permitirá reducir sus costes.
La reutilización de aguas residuales o del agua dulce presente en acuíferos o incluso icebergs son otras de las opciones existentes.
La escasez de agua, en números
Este bien tan preciado es, por desgracia, un recurso cada vez más limitado en todo el planeta.
2.200 millones de personas no tienen acceso a servicios de agua potable.
España es uno de los países europeos que más consume por habitante.
La diarrea provocada por falta de agua mata a más de 1.600 niños menores de 5 años al día, unos 750.000 cada año.
Un 60% de las muertes por diarrea podrían evitarse con el tratamiento correcto de las aguas.
El 70% de la Tierra está cubierto de agua, pero tan sólo un 3,5% es dulce y un 0,025 apta para beber y regar los cultivos .
502.000 personas mueren al año por consumir aguas contaminadas.
La escasez de agua provoca la desaparición de especies vegetales y animales, el aumento de la pobreza y de los conflictos, y migraciones masivas.
La sequía impacta en la agricultura, la ganadería y la industria, generando inseguridad alimentaria y hambre.