Recetas de croquetas más saludables y sabrosas
Si eres amante de las croquetas pero quieres reducir las calorías de este plato o hacerlo más saludable y nutritivo... ¡no te pierdas estas recetas!
Cuando pensamos en croquetas, a la mayoría de nosotros se nos hace la boca agua, ¿verdad? Las croquetas son uno de los bocados más deliciosos que tenemos, y es que junto con las patatas bravas, la tortilla o la ensaladilla rusa, son una de las tapas más populares de nuestro país. Eso sí, no es un plato que se nos venga a la cabeza cuando pensamos en recetas saludables.
Aunque ya te enseñamos los mejores trucos para hacer croquetas, hoy te enseñamos a preparar este delicioso plato, pero en una versión más saludable. Eso sí, nos centraremos, más que en restar calorías (que también), en utilizar ingredientes más nutritivos que no le resten sabor a nuestras croquetas.
Además, también te enseñaremos algunas recetas para que puedas hacer croquetas saludables y otras alternativas a las croquetas igual de deliciosas.
Alternativas a la bechamel más ligeras y nutritivas
Hay muchas formas de preparar una bechamel más ligera para croquetas o para otro tipo de preparaciones. La bechamel es una salsa riquísima que, además de para elaborar la receta que nos ocupa hoy, sirve para otros platos gratinados como macarrones, verduras, pescados, sándwiches, lasaña, canelones y muchos otros platos. ¡Hay incluso quien simplemente la moja con pan!
Eso sí, aunque sus ingredientes no tienen malos valores nutricionales, sí son bastante altos en grasas, que aportan la leche y la mantequilla. Aunque no es para volverse loco, si eres un gran fan de la bechamel, hay maneras de hacer esta receta más ligera y rebajar algo las calorías. ¿Quieres saber cómo?
El primer consejo para conseguir una bechamel más saludable para tus croquetas empieza por sustituir la harina de trigo refinada (que es proinflamatoria, menos saciante y en general, muchos expertos recomiendan evitar o reducir al máximo) por otro tipo de espesante. Éste puede ser algún tipo de harina integral o harina de avena (que nos aseguraremos, al igual que la de trigo, en cocinar para asegurar que nos sienta bien).
Además, es un hecho que cada vez hay más personas con intolerancia a la lactosa (o que simplemente notan que les produce digestiones más pesadas), así como gente que escoge tener un estilo de vida vegano. En estos casos, se pueden sustituir la leche y la mantequilla por otras alternativas.
Lo más saludable en el caso de la grasa para dorar la harina es el aceite de oliva virgen extra. Si no te gusta el sabor que aporta, puedes utilizar margarina, aunque el concepto de saludable no casa con este alimento. En el caso de la leche, para veganizar o hacer más ligera y/o digestiva tu bechamel, puedes utilizar algún tipo de bebida vegetal (avena, soja, coco, almendra...), eso sí, escoge bien la que más te guste, ya que afectará al sabor de la bechamel.
Sustituye la bechamel tradicional por esta receta de bechamel de coliflor
Si quieres innovar aún más en la cocina, existe una bechamel sin leche ni grasas que, por apariencia, puede sustituir a una bechamel tradicional, pero que aporta muchas menos calorías y un extra de nutrientes. Se trata de la bechamel hecha ¡con coliflor!
La coliflor se ha convertido en uno de los alimentos de cabecera de la comida saludable y del movimiento real food, y es que además de salteada o cocinada en puré, también puede sustituir al arroz como acompañamiento de muchos platos, y es que desgranada, su apariencia es muy similar al del grano del arroz.
Hay muchas recetas de bechamel de coliflor en las que puedes usar los ingredientes de una bechamel tradicional y simplemente añadir coliflor para aportarle más nutrientes.
También puedes prescindir de la leche y simplemente cocer la coliflor (unos 400 gramos para medio kilo de bechamel) en agua con un poco de sal. Cuando esté tierna, triturar con las especias de la bechamel (pimienta negra, nuez moscada) y un chorrito de aceite de oliva. Si es necesario, agrega un poco del agua de cocción y ¡voilà! Enfríala en la nevera y ya tienes una bechamel ligera que puedes utilizar en tu receta de croquetas saludables y otro tipo de platos.
Ponle extra de relleno, y si es muy nutritivo, mejor
Prácticamente se puede hacer una croqueta de lo que sea, pero las más populares son las que llevan algún tipo de proteína. El jamón, el pollo, el pescado, son algunos de los ingredientes más populares, pero también lo son las verduras como el brócoli, las espinacas, la calabaza o las setas.
Todos ellos entran dentro de una dieta saludable, pero si quieres que tus croquetas sean extranutritivas, puedes aumentar la cantidad del ingrediente estrella del relleno en detrimento de la cantidad de bechamel. Eso sí, dependiendo de la humedad que absorban estos ingredientes tendrás que calcular qué cantidad de bechamel le pones para que no te quede una masa muy líquida y puedas formar sin problemas tus croquetas.
Elige otros tipos de harina para tu rebozado
Si antes hablábamos de sustituir u omitir la harina refinada de trigo por otra más saludable para la bechamel, también aplicaremos este consejo para el rebozado para unas croquetas más saludables. En este caso, como lo que queremos es aportar textura, podemos usar un tipo de harina más nutritiva y/o baja el calorías.
Para este y otros rebozados más ligeros que el tradicional, hay algunos tipos de harina que son muy recomendables que además le darán un sabor muy rico a tus recetas: la harina de almendra y la harina de yuca (también conocida como harina de mandioca). También puedes utilizar harina de maíz o harina de coco, que absorbe mucha humedad, por lo que necesitarás menos cantidad.
Las tres opciones son también aptas para celíacos (aunque hay que asegurarse de que la harina que uses tenga la etiqueta 'sin gluten') o personas con sensibilidad al gluten.
Cambia el proceso: prescinde de freír tus croquetas y mételas en el horno (o airfryer)
Desde que la airfryer o freidora de aire se popularizó, no han parado de crecer las recetas que se pueden cocinar en este nuevo electrodoméstico. Aunque el resultado es muy similar al del horno, son muchos los que alaban las bondades de este invento en el que, cómo no, puedes cocinar tus croquetas.
Así, si quieres ahorrarte el proceso de freír y, de paso, hacer unas croquetas más saludables, puedes meterlas en la freidora de aire o en el horno. Ahorrarás aceite y además las harás más ligeras. Eso sí, el resultado será siempre más crujiente y suculento si las freímos.
Recetas de croquetas y algunas alternativas saludables
En pronto.es tenemos publicadas algunas recetas de croquetas más saludables que puedes preparar en casa, como estas deliciosas croquetas de berenjena o esta receta de croquetas de calabaza.
Sin utilizar bechamel, tienes otras alternativas muy ricas de bolitas rebozadas que puedes preparar tal cual o con los trucos que te hemos expuesto más arriba. Por ejemplo, puedes entrar en esta receta de croquetas de patata.
Además de las recetas de croquetas tradicionales que expusimos más arriba, puedes encontrar otro tipo de elaboraciones similares a este plato estrella de nuestra gastronomía, fuera de nuestras fronteras, y sin bechamel: el falafel, una receta sabrosísima de Oriente Medio, los arancini italianos (unas bolitas de arroz y queso deliciosas), o los poha roll, unas bolitas de patata, arroz y especias. ¡Delicioso!