Amador Mohedano, desesperanzado con Rocío Carrasco: "He pasado página"
El tío de Rocío Carrasco no ve feliz a su sobrina, a quién tras once años sin hablarse, ya no está seguro de conocer
Amador Mohedano es uno de los miembros del Clan Jurado más mediáticos y, a la vez, uno de los que más veces se ha pronunciado sobre el conflicto que mantiene Rocío Carrasco, su sobrina, con el resto de la familia. Muchos culpan a la pareja de ella, Fidel Albiac, otros no entienden cómo una madre puede pasarse tanto tiempo distanciada de sus hijos, los que aparentemente no le habrían hecho nada. El hermano de Rocío Jurado ofreció una entrevista este fin de semana en Viva la Vida en la que confesó en qué punto está en relación a este tema.
En esta ocasión, hemos visto a un Amador Mohedano mucho menos combativo que en el pasado Sábado Deluxe, el último programa al que concedió una entrevista para hablar de esto. El tío de Rocío Carrasco parece haberse resignado ya. “Si no quiere saber nada de la familia, que es algo que está demostrado, allá ella”, aseguraba al empezar la conversación con Emma García.
Amador Mohedano se siente especialmente dolido por la distancia que ha tomado Rocío Carrasco con sus hijos, David y Rocío Flores, a la que pudimos ver pasarlo mal por este tema en su participación en Supervivientes 2020. “Con lo del coronavirus y todo esto… que no tenga un detalle, un mensaje ni nada… es que ya… reviento”, confesaba Amador, quejándose de la actitud que ha tenido la madre hacia sus hijos.
Amador Mohedano tira la toalla con Rocío Carrasco
Y es que haría ya casi once años que Amador no se habla con su sobrina, y “las cosas van a peor”, tal y como él mismo ha explicado. El hermano de Rocío Jurado solamente podía ya amarrarse a la fuerza que La Más Grande puede hacer desde el cielo e incluso clamaba a la Virgen de Regla para hacer que madre e hijos se reconcilien.
A Emma García no le parecía suficiente esta petición mística, y pasando a lo terrenal, pedía explicaciones a Amador Mohedano: “¿Cuál es tu responsabilidad en todo esto?”. Amador, entonces, se confesaba: “No he discutido nunca con Rocío Carrasco ni he tenido motivos para estar así, pero llegó un momento en que me hizo mucho daño, me traicionó y pasé página”. Se refería a la gestión del museo de Rocío Jurado o a un episodio en que, supuestamente, Carrasco le habría dejado sin agua en la finca después de vender el pozo que la regaba sin avisar a nadie.
Finalmente, Amador Mohedano concluía que, por mucha mala influencia que pueda tener su sobrina para estar así con el resto de la familia, debería ser ella quien ponga límites y decir: “Déjame que esa es mi sangre”. Y es que el distanciamiento de Carrasco va incluso tan lejos que no se hablaría ni siquiera con Gloria, la hermana de su madre que la crió de pequeña cuando La Más Grande estaba ausente por su carrera artística. En definitiva, Amador no ve feliz a su sobrina, “se lo noto en la cara”, decía, aunque ya no está tan seguro de esto ni de que la conozca.