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Las desconocidas primeras veces del rey Juan Carlos

Con motivo del 85º cumpleaños del emérito, nuestro colaborador y experto en casa real Jaime Peñafiel nos habla de las primeras experiencias del Borbón

Juan Carlos I de niño estudiando geografía en su internado en Suiza

La primera vez que Juanito se separó de sus padres fue en el internado de Suiza, en 1946. Fue la primera vez que lloró por añoranza.

Saray Cruz

El 15 de enero, el rey Juan Carlos cumplirá 85 años y lo hará en el exilio de Abu Dabi. Allí el emérito tendrá tiempo de sobra para hacer balance de su ya larga e intensa vida en la que, como en botica, ha habido de todo: momentos buenos, otros inolvidables y algunos, por qué no decirlo, malísimos de solemnidad.

En esta ocasión, Jaime Peñafiel dedica su interesante sección a parte de esos recuerdos y, más concretamente, a algunas primeras veces del Borbón de esas que nunca olvidará. Empezando por su primera vez de luto, por la muerte de su caballo, Morea, al que Juanito, que entonces tenía 8 años, adoraba, y por el que lució corbata negra durante 15 días en la escuela.

Juan Carlos con su padre, con el que tuvo una relación muy distante.

Juan Carlos con su padre, con el que tuvo una relación muy distante.

Un ratón, testigo de su primer encuentro con Franco

También hay espacio para recordar la primera vez que el padre de Felipe VI rompió una promesa (cayó en la tentación del chocolate), su primer encuentro con Franco (increíble la anécdota con el ratón que paseaba por la sala mientras charlaban) y su primera vez en el calabozo por ver a Bahamontes en vivo en la vuelta ciclista.

Un accidente de esquí le costó un testículo

Aunque a los detalles curiosos hay que sumar otras primeras veces de don Juan Carlos que jamás debieron producirse, como su primer accidente en coche, cuando atropelló a un ciclista conduciendo un Mercedes sin carnet, o peor aún, el momento de enfrentarse a la muerte de su hermano Alfonsito, fallecido tras un disparo accidental mientras el propio Juan Carlos, de entonces 18 años, manipulaba una pistola. ¿Y qué decir de su primer gran accidente en la nieve? Sucedió en Gstaad y, meses después del golpe, los cirujanos tuvieron que extirparle un testículo.

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