Guillermo y Kate Middleton: un cuento de hadas del siglo XXI
Aunque tuvieron que superar las dudas propias de la juventud, Cupido hizo bien su trabajo. Desde que se conocieron siendo unos estudiantes en el 2001, los príncipes de Gales se han mantenido unidos por un amor que se crece frente a las adversidades

Guillermo y Kate portada
Todo empezó en la costa oeste de Escocia, en la ciudad universitaria de St. Andrews. En ese pueblo de aire medieval, bañado por el mar del Norte, tuvieron lugar los primeros capítulos de un cuento de hadas moderno, protagonizado por una chica de clase media, que irradiaba tranquilidad, y un príncipe tímido, destinado a ser soberano del Reino Unido y enfadado con el mundo, porque había perdido demasiado pronto a su madre, Diana de Gales.
Kate Middleton y Guillermo de Inglaterra se conocieron en este rincón del mundo en el 2001, cuando los dos comenzaron la carrera de Historia del Arte.

Cuando sus miradas se cruzaron por primera vez, en un pasillo de St. Andrews, ellos no lo sabían, pero su romance acababa de empezar.
Tenían 19 años, la misma edad a la que Lady Di conoció al príncipe Carlos. ¿Una casualidad o una señal? O, tal vez, un guiño del destino, que también hizo de las suyas para conseguir que, en el campus de St. Andrews, estuvieran alojados en la misma residencia, la de St. Salvator, donde un encuentro fortuito y un cruce de miradas encendieron la mecha de su amor, que se coció a fuego lento.
“Ya entonces supe que Kate era alguien especial y que había algo en ella que yo quería explorar”, explicaría Guillermo años después al recordar su primer encuentro. Pero por aquel entonces ella salía con un alumno de cuarto de St. Andrews, Rupert Finch, y él con una compañera de estudios, Carly Massy-Birch, así que no supieron interpretar las señales de Cupido.
Se convirtieron en los mejores amigos, porque estaban bien juntos, compartían un gran sentido del humor, aficiones como practicar deportes al aire libre y tener una activa vida social y les gustaba conversar sobre lo divino y lo humano. Así que, poco a poco, sin saber muy bien cómo, se dieron cuenta de que verse era lo mejor del día.
“¡Kate es sexy!”

EL VESTIDO QUE LO CAMBIÓ TODO. En el 2002, Kate desfiló en St.Andrews con este atrevido diseño que cautivó al príncipe.
Y así fue hasta que un vestido lo cambió todo: el que Kate se puso, antes de acabar el primer curso, en un desfile estudiantil destinado a recaudar fondos para obras de caridad. Cuando Guillermo supo que su amiga iba a participar, pagó 200 euros por un asiento en primera fila y, al verla sobre la pasarela, con un atrevido modelo de transparencias, de repente, la vio con otros ojos que no eran los de la amistad, sino los del amor.

Guillermo y Kate Historia de AMor 1
“¡Uau! ¡Kate es sexy!”, exclamó sabiendo, en aquel exacto instante, que “era ella” la mujer que él quería como compañera de vida. Esa noche, en la que el príncipe, deslumbrado por la belleza de Kate, intentó besarla sin lograrlo, decidieron que en el curso siguiente vivirían juntos con una pareja de amigos. Y eso fue definitivo.

Guillermo y Kate Historia de AMor 3
El nombre de la calle de su nuevo hogar fue premonitorio: Hope (esperanza) y, aunque estaban en el número 13, nada pudo ensombrecer el comienzo de su relación, hasta el punto que en el 2003, sus familias ya sabían que estaban juntos y empezaron a pasar fines de semana en Balmoral, donde la reina Isabel les dejaba alojarse en la casa TamNa-Ghar. Dicen sus amigos que en ese refugio secreto, lejos de las cámaras y de la vida del campus, disfrutaron de sus momentos más felices como novios.

La pareja, en unas vacaciones, tras superar una ruptura en el 2007.
Pero en su relación, no han faltado titubeos y dudas, sobre todo por parte de Guillermo, que, tal vez abrumado por el peso de su destino real, la presión mediática y marcado por la historia de amor sin final feliz de sus padres, rompió dos veces la relación, en el 2004 y en el 2007.

Kate, que dejó de ser anónima y tuvo que acostumbrarse a las cámaras.
Por eso, la prensa inglesa empezó a llamar, con cierta crueldad, a la futura duquesa de Cambridge ‘waity Kate’, por el verbo ‘wait’, que en inglés quiere decir ‘esperar’. Y sí, la joven esperó, porque también tuvo sus reservas.
Compromiso al fin

SU DÍA MÁS ROMÁNTICO. El 29 de abril del 2011, Guillermo y Kate sellaron su amor para siempre y cumplieron con la tradición del beso en el balcón de Buckingham.
A fin de cuentas, para los dos ésa era su primera relación seria y, además, no se trataba de un noviazgo normal. Así que supo aguardar pacientemente, con la tranquilidad que había cautivado al príncipe en el inicio de su historia. En octubre del 2010, nueve años después de haberse conocido, Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton anunciaron por fin su enlace matrimonial, y el joven Windsor le regaló a su compañera una joya muy valiosa y simbólica para él: el anillo de compromiso de su madre, un zafiro rodeado de diamantes, del que Diana jamás se separó, a pesar de su divorcio de Carlos de Inglaterra.

Guillermo y Kate Historia de AMor 1s
Su felicidad fue compartida por todos los británicos y el mundo de los ‘royals’ vivió, el 29 de abril del 2011 en la abadía de Westminster, una de las bodas reales más bellas que se han visto, con todos los ingredientes de un gran cuento de hadas que, hoy, sigue escribiéndose.
Su primer hogar y sus hijos

UN AMOR CONSOLIDADO. Desde que se conocieron, los dos supieron que estaban destinados a estar juntos.
Los nuevos duques de Cambridge comenzaron su vida matrimonial lejos de Londres, en la isla de Anglesey, en Gales, donde Guillermo trabajaba de piloto de rescate en la base de la Real Fuerza Aérea (RAF) que se encuentra allí. “Esta isla ha sido nuestro primer hogar juntos y siempre será un lugar inmensamente especial para los dos”, declaró el príncipe cuando se mudaron al palacio de Kensington, en el 2013, al poco de nacer su primer hijo, George.

Guillermo y Kate Historia de AMor 16a
Después llegarían Charlotte, en el 2015, y Louis, en el 2018, y en todos sus embarazos, la duquesa de Cambridge sufrió hiperémesis gravídica, dolencia que produce vómitos continuos durante el primer trimestre de gestación.

Con sus tres hijos, George, Charlotte y Louis.
Pero todo eso pasó, y la vida de los duques, que desde la muerte de Isabel II son príncipes de Gales, ha continuado entre la normalidad familiar, las alegrías y las preocupaciones que les dan sus tres hijos, sus cambios de hogar hasta llegar al actual, Adelaide Cottage, y sus obligaciones reales, en las que Guillermo y Kate brillan y destilan amor, complicidad, humor y un firme compromiso con las causas que defienden, como la de la salud mental.

SOMBRAS EN EL PARAÍSO. Los príncipes y Rose Hanbury, con quien se rumoreó que Guillermo pudo tener un ‘affaire’ extramatrimonial.
Y, aunque siempre hay épocas complicadas, como en el 2019, cuando surgieron rumores de una supuesta infidelidad de Guillermo con Rose Hanbury, examiga de Kate…

Con los duques de Sussex, con los que mantuvieron una gran relación hasta el 2020.
O en el 2020, cuando se produjo la ruptura entre ellos y Harry y Meghan, o, ahora, la enfermedad de Kate, en todas las situaciones les hemos visto crecer como pareja y plantarle cara a las adversidades, unidos por un amor que tiene el poder de darles la fuerza para seguir adelante, contra viento y marea.