La reina Isabel II reaparece con su mejor sonrisa
Ha superado, por fin, sus problemas de movilidad y, después de dos meses en que no ha participado en eventos públicos, no se perdió un espectáculo hípico en Windsor
Isabel II, de 96 años, ha reaparecido estos días luciendo muy buen aspecto.
Isabel II, de 96 años, reapareció la semana pasada en varios actos, demostrando que, aunque se mueve con ayuda de un bastón, está ya muy recuperada y vuelve a hacer gala de una de sus señas características, la sonrisa.
De hecho, tal y como aseguran quienes la conocen, la monarca es una mujer con mucho sentido del humor.
La emoción de la reina Isabel
Primero la vimos en el espectáculo ecuestre Royal Windsor Horse, al que asistió por sorpresa en el segundo día del certamen. Llegó en uno de sus Land Rover, mostrando buen aspecto, charlando con algunas personas que se acercaron a saludarla y sentándose, después, al lado de su hijo, el príncipe Eduardo, cubriéndose con un pañuelo, para ver el desfile de caballos.
También se emocionó al ver a su nieta Louise Windsor, conduciendo el que fue el carruaje favorito de su marido, Felipe de Edimburgo. La joven quiso, de esta manera, rendirle un tributo a su añorado abuelo que fue quien le transmitió la afición por los caballos.
Son muchos los recuerdos que debieron aflorar en la memoria de la reina, ya que siempre, desde 1943, ha asistido a este evento y la mayoría de las veces al lado de su esposo.
La monarca, junto a su esposo, en una imagen de 2003:
Un espectáculo que entusiasmó a la soberana inglesa
La agenda de Isabel II no se acabó allí. Al cabo de dos días y aunque era por la noche, no se perdió un espectáculo especial, que, con motivo del Jubileo, se celebró en el marco de este certamen hípico bajo el título de 'A galope a través de la historia'.
En el espectáculo, con varios números de humor que entusiasmaron a la monarca, actuaban 1.300 artistas, participaban 600 caballos, efectivos de la Guardia y Marina Real, coros de niños, una orquesta de 75 miembros, malabares... Para esta cita, Isabel llevó un bonito vestido de lentejuelas azul claro, pasmina gris y unos pendientes de perla y un collar a juego como complementos. Todo ello hizo que su sonrisa pareciese más brillante para alegría y alivio de sus súbditos.
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