Espolvorear una cucharada de sésamo sobre tus platos es una estrategia tan simple como efectiva para reforzar la salud de tus huesos y la de órganos tan vitales como el corazón o el hígado.
El sésamo es el fruto seco más rico en calcio, así como en magnesio y fósforo, por lo que ayuda a fortalecer los huesos, sobre todo si se emplea para realzar el sabor del pescado azul, las setas o recetas a base de huevo.
También es una gran fuente de fibra, lecitina y de grasas saludables, como Omega 3 y 6. Por lo que, además de reducir el colesterol, también se reduce el riesgo cardiovascular. Y eso no es todo, ya que también te ayuda a controlar los nervios y a prevenir el cáncer de mama o de ovarios, por sus grandes reservas de magnesio, vitamina B y antioxidantes.
Más por menos: el sésamo posee mayores dosis de lecitina que muchos derivados de la soja, bastante más caros. Este compuesto potencia la memoria y blinda la salud del hígado.