Los consejos de Javier Casado, presidente de una ONG de ayuda a presos, a Daniel Sancho
El presidente de la Fundación +34 explica cómo es la situación del hijo de Rodolfo Sancho, encarcelado en Tailandia
La cárcel de Bangkok (capital de Tailandia) donde puede acabar Daniel Sancho es una de las más hacinadas y peligrosas de todo el mundo.
PRONTO: En general, ¿cómo definirías el estado en el que viven esos presos?
JAVIER CASADO: La mayoría se encuentran en cárceles de países latinoamericanos y asiáticos. Y os podéis imaginar lo precarias que son las instalaciones. Las condiciones son infrahumanas, con un gran hacinamiento, escasez de comida, situaciones violentas, durmiendo en el suelo porque no tienen camas… Aunque lo cierto es que en algunos de esos países hay barrios donde las personas libres sufren las mismas penurias que en las prisiones. Es complicado mejorar la situación de las cárceles si son igual de malas las circunstancias sociales. En este sentido, las cárceles son un refl ejo de la sociedad.
"Son personas muy peligrosas y con condenas extremas"
P.: ¿Qué futuro le espera a Daniel Sancho en Tailandia?
J.C.: Donde está ahora está relativamente bien, pero cuando le manden a la prisión de Bangkok se encontrará con 7.000 reclusos en un lugar preparado para la mitad, una cárcel en la que cumplen penas personas muy peligrosas y con condenas extremas. La ventaja es que se encuentra en la capital, que es mucho más accesible para visitarle que la actual, que está a 1.200 kilómetros y peor comunicada para visitas de abogados o de familiares.
P.: ¿Irás a visitarlo?
J.C.: No, porque nosotros no atendemos a presos acusados de asesinato o de violación. Y el de Sancho es un delito de sangre.
P.: Daniel confía en poder trasladarse a una cárcel española en unos ocho años…
J.C.: Sé de casos de otros presos condenados a cadena perpetua que les han rebajado la pena a treinta y tantos años y lo han conseguido. Si sucede así con Sancho, es posible que pueda volver a España.
P.: ¿A qué crees que puede temer Daniel Sancho ahora?
J.C.: A las peleas que hay en esos centros. Son muy peligrosas y debería mantenerse alejado de cualquier tipo de confrontación. Le recomiendo que sea un "fantasma", que no se haga notar bajo ningún concepto, que desaparezca para bien y para mal.
Una nueva cárcel que puede ser no definitiva
Exterior de la cárcel de Surat Thani
Desde el 5 de septiembre, Daniel Sancho ya es un preso más en Surat Thani y, en un máximo de 90 días, se sabrá si se queda en esta prisión o va a “El gran tigre”. Masificada y muy peligrosa, la ventaja de esta cárcel es que, al estar en la capital, es más fácil que pueda recibir las visitas de familia y embajada.
No hay acuerdo de extradición entre Tailandia y España, pero sí un convenio al que el preso podría acogerse para cumplir condena en nuestro país, aunque entre los requisitos está que deberá pasar un tercio de la condena en el país asiático, lo que supondría estar un mínimo de ocho años entre rejas allí.
Presos en Surat Thani
P.: ¿Quiénes mandan realmente en esos lugares?
J.C.: En las prisiones sudamericanas y asiáticas, los "plumas" (cabecillas de las bandas) tienen más poder que los funcionarios e incluso más que los mismos directores de los centros.
P.: ¿Qué caso te ha impactado más?
J.C.: Cualquiera en los que hay niños por medio. Hijos de mujeres encarceladas que han dado a luz en prisión. Lo ideal es agilizar como sea los trámites para que esos niños no vivan una situación tan dura, porque no suele haber módulo de menores.
Los presos tienen más poder que los funcionarios
Funcionarios en las instalaciones de la cárcel
P.: ¿Cómo reaccionan los presos españoles cuando vas a verles?
J.C.: Se alegran mucho, me preguntan cómo está España, me hacen muchísimas preguntas. Por unas horas se evaden de su situación. En su cabeza, priorizan el deseo de ser libres y en esas charlas es como si les trasladáramos a sus lugares de origen. Además, nos ocupamos de sus necesidades médicas y alimentarias e intentamos animarles un poco.
P.: Debe de ser muy difícil poner buena cara y dominar las emociones delante de tanta miseria.
J.C.: Es muy duro. He visto morir a españoles, presos a los que, según los médicos, les quedaban pocas horas de vida y yo me quedaba acompañándoles hasta sus últimos momentos. Es muy jodido.
"Aconsejamos a las familias para cuando los visitan"
Malas condiciones físicas. Ingresados en prisiones donde apenas hay comida ni medidas higiénicas, algunos presos están en una condición física muy precaria, por lo que Fundación +34 intenta facilitarles alimentos y atención médica cuando los visitan.
P.: También tenéis contacto con sus familias, ¿no?
J.C.: Claro, les tenemos al tanto de la situación de sus familiares encarcelados y les damos consejos sobre cómo actuar cuando les visitan en países lejanos, les calmamos... Están angustiados, para ellos se trata de situaciones nuevas y dramáticas. Es un shock.
P.: ¿Cómo os financiáis?
J.C.: Recibimos fondos de varias comunidades autónomas, donaciones privadas y cuotas de socios.