Daniel Sancho ha sido condenado por la Justicia tailandesa a cadena perpetua por el asesinato premeditado de Edwin Arrieta. Un año después del crimen, la Corte de Koh Samui ha hecho pública la sentencia que concluye que el hijo de Rodolfo Sancho es culpable de los tres delitos por los que fue juzgado en el proceso que arrancó el pasado 9 de abril y se alargó hasta el 2 de mayo: asesinato premeditado, descuartizamiento y ocultación del cádaver, y destrucción de de documentación de la víctima.