Tras ser absuelto de los cargos que se le imputaban, relacionados con el mundo de las drogas, Rafael Amargo confiesa a PRONTO que “he tenido que vender todo mi patrimonio para poder comer y llevar una vida normal con mi esposa Luciana. Nos hemos trasladado los dos a Argentina para iniciar una nueva vida, en España no se me valora como artista, y allí me he encontrado admiración y cariño”.