Su vida ha sido una carrera de obstáculos desde que, en 1991, cuando tenía 12 años, fue víctima de un atentado de ETA que le hizo perder las dos piernas y tres dedos de su mano izquierda. Pero Irene Villa nunca se ha rendido y ha conseguido llevar a cabo todo lo que se ha propuesto a lo largo de estos años.
Por eso estos días no ha renunciado a un viaje que tenía previsto a Tailandia a pesar de que, justo antes de volar al país asiático, tuvo un serio problema con su pierna que le ha obligado a pasar por el quirófano a su regreso.
Pero lo que parecía una operación simple, se ha convertido en una doble intervención y en una estancia más larga de lo esperado en el hospital.
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