Jaime Peñafiel nos cuenta los secretos de Diana de Francia, la princesa rebelde
La prima segunda de Juan Carlos y viuda de Carlos de Württemberg, pintora y escultora, quiere instalarse en Mallorca porque su nieto Guillermo no la deja vivir en el castillo de Altshausen
El día de su boda.
Si hablo hoy de ella en estas páginas es porque acaba de saberse que está planeando mudarse a Mallorca, donde quiere establecerse para "rehacer mi vida, recuperar mis viejos amigos y seguir pintando". Desde que murió su marido en el 2022, está metida en litigios con su nieto Guillermo, actual jefe de la Casa Real de Württemberg, quien, como se lamenta la princesa, "no me quiere en el castillo de Altshausen. Y como es el heredero, es el que manda". Por ello va a pedir que la pensión que está recibiendo se la ingresen en Palma.
Nacida como Diana de Orleans y conocida como Diana de Francia, es hija de los condes de París, Enrique de Orleans, fallecido el 19 de junio de 1999 a la edad de 90 años, e Isabel, princesa de Orleans-Braganza. De ese matrimonio nacieron nada menos que ¡11 hijos!, entre ellos nuestra protagonista de hoy, que vino al mundo el 24 de marzo de 1940.
"Juan Carlos y yo éramos grandes amigos"
Con su marido y sus seis hijos en Altshausen.
Diana, duquesa de Württemberg por matrimonio, es una mujer libre y nómada. Nació en Brasil y vivió en Marruecos, Pamplona y Estoril, donde coincidió con la familia Borbón, exiliada entonces en la ciudad portuguesa. Allí conoció y se enamoró del entonces príncipe Juan Carlos, el soltero de oro de las monarquías, con quien forjó una gran amistad y, según rumores, algo más.
"De jóvenes jugábamos juntos porque éramos grandes amigos. Como nuestros padres", recuerda Diana, mujer de gran belleza, que tenía todo lo que podía enamorar a un príncipe. La joven se convirtió en el verso suelto de las familias reales de la época. Fumaba, diseñaba sus vestidos y se convirtió en pintora y escultora (una de las cosas que ahora más le preocupa es que tiene que llevarse del castillo las obras de arte que ha hecho a lo largo de los años y hallar un lugar adecuado para guardarlas).
Su propio padre la llamaba "pequeño diablo" y nadie consiguió meterla en cintura. Para Sofía de Grecia, Diana era su enemigo número uno, la amiga íntima de Juanito, de la que jamás se libraría, ya que coincidieron en Mallorca varios veranos. Pero condenadas a verse y a entenderse, al final, la Reina acabó escribiendo un prefacio para uno de los libros escritos por la princesa.
El destino sentimental de Diana de Orleans estaba escrito desde el crucero del amor, el del "Agamenón", que en 1954 organizó la reina Federica y en el que coincidió con Carlos de Württemberg.
La princesa y el duque fueron padres de seis hijos
Desde que murió su marido en el 2022, Diana ha tenido problemas con su nieto Guillermo, jefe de la Casa Real. Arriba, con él y su nuera, en el funeral de su primogénito, Federico, que falleció en el 2018.
He de decir que su boda con este alemán que le robó el corazón fue la octava a la que asistí de un miembro de la familia Orleans. La novia, bellísima, lucía una tiara de 134 diamantes y el vestido era un diseño de Yves Saint-Laurent, que cosió en la larga cola del vestido un pequeño bolsillo para que Diana llevara hasta el altar alemán un puñadito de tierra francesa.
Siguiendo la estela familiar (ya he dicho que su padre tuvo 11 hijos), de su matrimonio con Carlos, Diana dio a luz a seis, Federico, Matilde María, Eberardo, Felipe Alberto, Miguel Enrique y Leonor Flor. Poderosa y carismática, se negó a compartir la infancia de sus hijos con niñeras y los quiso educar ella.
Su vida, que parecía ideal, se convirtió en tragedia cuando en el 2018 su primogénito, Federico, murió en un accidente de tráfico. "Este hijo era mi sol", repetía en el entierro, abrazada a su nieto, el mismo que ahora la ha "desterrado" de su hogar, el castillo de Altshausen.