Mª Teresa Campos no sale de casa: así es su triste día a día
La periodista vive recluida en su casa, atendida por su familia y su chófer, Gustavo, sin querer ver a nadie y ha perdido el interés por cualquier actividad
Desgraciadamente, hoy por hoy, poco queda de la María Teresa Campos activa, alegre y decidida de antaño, de la mujer muy popular por su trabajo y que aparecía en los actos sociales más importantes. Hoy, la veterana comunicadora, que en junio cumplirá 82 años, vive recluida en su piso de las afueras de Madrid y su estado anímico preocupa mucho. Una existencia triste para quien disfrutó, durante muchos años, de una vida personal y profesional tan plena.
Aunque muy protegida por su entorno, que intenta preservar al máximo a quien fue un icono de la televisión, unas recientes declaraciones de su nieta Alejandra dan pistas del estado de salud de su abuela."A mi abuela ya toca cuidarla, es ley de vida. Hay que quererla mucho, apoyarla, darle cariño,consentirla y ya está", explicaba.
"Me da mucha pena verla desmejorada"
En este sentido, Gustavo, su chófer y casi un hijo para María Teresa, se enfrentaba hace unos días a un paparazi que pretendía fotografiar a su jefa, consciente de que la imagen de Teresa no hace justicia a la mujer que fue siempre un ejemplo de fortaleza. La misma Alejandra aludía a ese desencuentro, diciendo que su abuela "no está en disposición de decir si quiere o no que la fotografíen".
Ángela M., que vive en la misma urbanización, nos ha contado que "me da mucha pena verla tan desmejorada. La recuerdo hace unos años, cuando nunca salía de casa sin pintarse y arreglarse. Ahora se la ve muy poco y casi siempre para ir a la casa de su hija Terelu, que reside cerca de aquí. Me han contado que pasa por malos momentos de ánimo, que apenas come y que no quiere ver a nadie".
En el día a día de la comunicadora, ya sin el bullicio, las gentes y los eventos de antes, María Teresa se ha ido replegando en sí misma, sin ganas de hacer nada, y ha dejado de celebrar las tradicionales partidas de cartas de los viernes. Una de sus amigas, que prefiere mantener el anonimato, nos dijo que "todas estamos muy preocupadas, porque ni coge las llamadas. Lo pasábamos muy bien con aquellas partidas de cartas, el ambiente era genial. Formábamos un grupo de amigas entrañable. Y la echamos muchísimo de menos".
Otro motivo de alarma lo generó su hija Carmen durante el 'Deluxe', cuando, después de que el periodista y escritor Máximo Huerta se refiriera a la demencia de su progenitora, dijera: "Me da envidia escucharte porque puedes hablar con naturalidad. Imagínate un problema parecido en el que no puedes expresarte porque parece que estés haciendo algo mal. Vivimos algo parecido".
Secretismo sobre su estado de salud
¿Padece María Teresa Campos algún tipo de enfermedad neurológica? De momento, nadie ha dado una respuesta a esa incógnita. Todo lo contrario. Intentan mantener un total secretismo porque su deseo es salvaguardar la privacidad de la matriarca.
Pero la misma Carmen ha reconocido que "mi madre ya no tiene la independencia que tenía", y su hermana, Terelu, añadía que "tenemos en casa a una persona". Eso confirmaría que, recientemente, las hermanas tomaron la decisión de contratar a alguien para que se haga cargo de los cuidados y atenciones que precisa su madre en estos momentos.
Por su parte, el exnovio de Teresa, Edmundo "Bigote" Arrocet, llegó a decir que sentía "pena por la situación de Teresita. Me parece muy triste que la tengan apartada y escondida, ella ha sido y es muy grande y debería hacer sus cositas en la tele, se lo merece". Una reflexión que demostraba que el humorista desconoce el estado real de la mujer de la que fue pareja durante seis años y a la que llamaba cariñosamente "morita", porque Campos nació en el protectorado marroquí de Tánger, aunque se crió en Málaga.
Muy enfadada, con toda razón, por esas declaraciones, Terelu le contestó con un contundente "eres un retrasado que no tiene dos dedos de luces por hacer una afirmación como la que has hecho. Es de ignorancia".
"Su vida dio un giro de 180 grados"
Desde luego, Bigote ignora cuál es el estado actual de quien fue su pareja. Hace ahora justo un año, María Teresa concedió su última entrevista en televisión. Fue a Anne Igartiburu en el programa 'Diez momentos', de TeleMadrid, donde Teresa insistió en su necesidad de trabajar. "Lo necesito porque, aunque sea un poquito, llena mi vida y no estoy en mi casa, sentada", decía, asegurando que veía injusto que no hubiera sitio para ella en la tele.
Aquellas palabras impactaron a sus hijas, que saben, por desgracia, que su madre no puede ponerse al frente de un programa. Ni siquiera como colaboradora.
El vacío emocional que le dejó a María Teresa la desaparición, hace cuatro años, de Edmundo, la dejó decepcionada. La misma amiga de antes aseguraba que "fue el principio del fin. Teresa fue incapaz de asumir la ruptura y lo pasó muy mal. Desde entonces, su vida dio un giro de 180 grados. Intentó buscar su sitio en televisión, pero no hubo forma de que le dieran un programa a su medida. Se sintió abandonada personal y profesionalmente. Y perdió el interés por las cosas".
La vida ha sido injusta con ella en los últimos años. Al desamor y la falta de trabajo, se suman las ventas ruinosas de un ático y del lujoso chalet en el que vivió tantos años. El disgusto fue tremendo.
Igual que ocurrió el pasado 31 de diciembre, cuando María Teresa sufrió una caída y la llevaron al hospital, donde los médicos le hicieron pruebas y le dieron recomendaciones que, según sus hijas y quizás por su situación personal no ha cumplido. Encerrada en sí misma, sin apenas hablar y sin ganas de nada, ha perdido el interés por la gente y las cosas. Ni siquiera la anima, como antes, salir de compras.
Por suerte para ella, sus hijas y sus nietos, en especial Alejandra Rubio, y su incondicional Gustavo se desviven para que esté cuidada en esta complicada última etapa. No quieren que le falte de nada, lo primero de todo el inmenso cariño que sus miles de admiradores le han demostrado siempre.