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A sus 38 años, Miguel Ángel está feliz del documental con el que se ha estrenado en la dirección.

A sus 38 años, Miguel Ángel está feliz del documental con el que se ha estrenado en la dirección.

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El documental de Miguel Ángel Muñoz, "100 días con la Tata", se perfila como la película imprescindible de estas Navidades. No sólo es un sueño hecho realidad para el actor, que debuta como director, sino que es un regalo para los espectadores, a los que hace partícipes de esta bella historia de amor incondicional entre dos personas.

Una epopeya de dedicación y entrega absoluta, que pone sobre la mesa temas de la tercera edad como resignarse a la dependencia, el desgaste de los cuidadores o la aceptación de la muerte.

Luisa lo ha cuidado desde los 3 años

Todo empezó cuando Miguel Ángel tenía 3 años y los padres del actor, que trabajaban, decidieron que Luisa Cantero, una hermana de la bisabuela del pequeño, lo cuidaría. Desde el primer día, ambos se quisieron con locura.

Con el paso de los años y tras las complicaciones de salud de la Tata, como siempre la ha llamado, Miguel Ángel decidió que no podía perder tiempo para hacer cosas con esta mujer, que ya ha cumplido 97 años.

Una de ellas, una película juntos. Llevaban seis años en el proyecto cuando la pandemia irrumpió en sus vidas y el coronavirus les obligó a vivir 100 días juntos en un piso muy pequeño.

"Yo ya había cumplido el sueño de rodar una película para nosotros con el objetivo de tener un buen recuerdo de nuestra relación y exorcizar el miedo que tenía a cuando la vida nos separe. Pero, de repente, descubrí que quería hacer pública esa historia y trabajé en un guión. Cuando ya lo tenía todo planeado, la pandemia me cambió la vida y esa experiencia dio lugar a '100 días con la Tata'!.

La película no va sólo del confinamiento, ni de que la Tata se ha hecho popular en todo el mundo, sino de temas importantes y profundos que quería mostrar. Estoy muy contento del resultado", nos dijo Miguel Ángel.

Aquí puedes ver todos los cines en los que se proyecta esta preciosa película:

"La Tata relativiza todo lo que está pasando"

PRONTO: ¡Has ganado un premio Forqué! ¿Alguna vez pensaste que esto iba a tener esta repercusión en la crítica?

MIGUEL ÁNGEL MUÑOZ: No, ni lo hice con esa intención. Es una locura todo lo que está pasando, como recibir el premio al mejor largometraje documental José María Forqué. Está siendo todo extraordinario y me enorgullece muchísimo.

P.: ¿Cómo está viviendo la tata todo esto?

M.Á.M.: Con mucha alegría, pero restándole toda la importancia del mundo. A ella le divierte pasar tiempo conmigo. Relativiza todo lo que para nosotros es importante y eso es un aprendizaje para mí cada día. Hoy ha hecho un esfuerzo para estar aquí. Ojalá la película vaya muy bien en salas y llegue muy lejos en el mundo, pero lo importante de la vida es la salud y pasar tiempo de calidad con quienes queremos.

Izquierda, con Luisa en la película. A la derecha, recogiendo el premio José María Forqué.

Izquierda, con Luisa en la película. A la derecha, recogiendo el premio José María Forqué.

P.: ¿Cómo llevas que ahora "tu Tata" sea "la Tata" de todos?

M.Á.M.: Me encanta, porque estoy muy orgulloso de ella y me gusta que se la quiera y valore. Me hace mucha ilusión que una mujer de su edad, que ha tenido una vida muy complicada con una guerra, una posguerra y dedicándose toda su vida a limpiar, tenga un reconocimiento así: carteles en Gran Vía y la gente aplaudiéndola.

"Muestro una realidad que todos sufriremos"

P.: Con ella has aprendido a valorar el momento. ¿Qué otras enseñanzas te aporta?

M.Á.M.: Estoy en ello. Mi motivación principal para hacer esta película tiene que ver con disfrutar en vida de las cosas y restarle miedo a la muerte. Ella no lo tiene. Otra cosa importante es la paciencia que hay que tener para que lleguen las cosas. Perder el ansia. Por eso mi productora se llama Paciencia Films.

P.: Hace mucha falta ese ejercicio de valorar la realidad de los mayores…

M.Á.M.: En ningún momento quería hacer una crítica, pero estoy orgulloso de que la película muestre una realidad que todos vamos a sufrir: todos vamos a envejecer, vamos a necesitar cuidados y la mayoría de nosotros, quizás por problemas económicos, no tendremos las posibilidades de tener una vida digna. Es un referente muy bueno para mí cómo acepta ella que alguien la cuide. Es un ejemplo sobre cómo hay que envejecer y lo que tenemos que sembrar para luego recoger.

"Ir a terapia es mi gimnasia del alma"

P.: Después de ver la película ¿has superado ese miedo a perderla? Es algo que trabajas con psicólogos.

M.Á.M.: Sí, continúo trabajando en ello. La película empieza con una sesión real de terapia rodada hace más de seis años. Ir a terapia es mi gimnasia del alma. Igual que me cuido por fuera, lo hago por dentro. Sigo en ello, pero estos 100 días me ayudaron y, cuando la pierda, podré darle al 'play' y revivir todo lo que hemos vivido juntos. Pero es difícil estar preparado.

La relación entre ambos no puede ser más especial:

P.: ¿Imaginabas que era tan duro atender a una persona mayor?

M.Á.M.: Yo me quito el sombrero por quienes cuidan de nuestros mayores. Es tremendamente difícil, muy sacrificado, muy duro y así lo he mostrado. No soy ningún superhombre, soy humano y me ha pasado una factura muy grande. También hablamos en la película de lo importante que es cuidarse. Si uno no está bien, es imposible que la otra persona esté bien. Yo estaría siempre con mi tata y dejaría mi vida y mi trabajo, pero no puede ser. Para poder darle mi mejor versión, tengo que estar lo mejor posible.

 

 

"No duermo bien desde mi lesión"

P.: Estar 100 días con ella te pasó factura física. ¿Cómo estás del hombro y cervicales?

M.Á.M.: Bueno, esto es para toda la vida, si no me opero. Nado seis días a la semana y entreno cuatro para sobrellevar el dolor. No duermo bien desde entonces.

P.: Miguel Ángel, ¿cómo te ves tú a los 90?

M.Á.M.: No quiero llegar, pero si llego, ojalá sea como ha llegado mi Tata: con agradecimiento, haciéndoselo fácil a las personas que se ocupen de mí, aceptando que dejo de ser independiente. Hay momentos muy emocionantes que surgen cuando la gente ha visto la película con sus familiares, con sus padres o abuelos, y me dicen: “Qué bueno la Tata, cómo es”. "Ojalá sea como ella cuando sea mayor"

P.: Pero sabes que la actitud de la Tata ante su falta de dependencia no es lo habitual, ¿no?

M.Á.M.: Por eso ella es un gran ejemplo. Creo que uno de los mejores aprendizajes que se puede sacar de la película es la actitud que ha tenido en todas las edades de su vida. Para mí cuidarla no es una obligación, lo hago con gusto porque ella me da tanto que me ha convertido en director. Eso quizás hubiera ocurrido en otro momento de mi vida o quizás no. Me enseña cada día cómo hay que hacerlo y le cuesta mucho y no le apetecen muchísimas cosas, pero lo acepta. Cuando llegue a su edad, ojalá me parezca mucho a ella. Te aseguro que lo voy a intentar, haré todo lo posible.

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