Rocío Carrasco: así fue su infancia

La primera portada de revista que protagonizó Rocío Carrasco fue la de su nacimiento. Con apenas unas horas de vida, ya fue retratada por los fotógrafos de crónica social más conocidos del país, un hecho que, sin duda, ha definido el resto de su vida. 

Rocío nació en Madrid en 1977, y ha sido la única hija del matrimonio que formaron Pedro Carrasco y Rocío Jurado. Su madre era ya una gran estrella de la música cuando se quedó embarazada, y su padre, campeón mundial de boxeo en la categoría de peso ligero, así que el nacimiento de su primogénita fue todo un acontecimiento. "Es lo más grande que hay en el mundo", dijo la cantante al verle por primera vez la cara a su bebé. 

A partir de ese momento, Pedro y Rocío criarían a su hija entre algodones, pero la vida de la pequeña estaría llena de claroscuros y marcada por las ausencias.

Nunca fue una buena estudiante

Los libros nunca fueron los mejores amigos de Rocío Carrasco, a quien los esudios no se le daban del todo bien. Pese al empeño familiar en que estudiase (Rocío Jurado estaba dispuesta a darlo todo para que su hija tuviese la mejor formación), cuando ya era una adolescente, Rocío anunció que quería ganarse la vida como modelo. Su plan incial era estudiar diseño de moda en Milán, pero esa carrera nunca llegaría...

Sí que llegó a ejercer el modelaje. La que fuera Miss España Garbiñe Abasolo fue su primera representante: le consiguió algunos contratos para desfilar y le dio un consejo: que cambiase su look. Rocío le debe a Garbiñe su icónico estilismo con el pelo muy cortito y en color caoba. 

Rocío Carrasco vivió una infancia marcada por un divorcio y una mudanza

Rocío Carrasco vivió su primera infancia en Monteclaro, el chalet que sus padres tenían en Pozuelo de Alarcón. Allí tenía todo lo que una niña podía soñar, pero su infancia tuvo una ausencia muy marcada: la de su madre, debido a sus largas giras por España y Latinoamérica. 

Durante largas temporadas que la cantante pasaba fuera del hogar familiar, el encargado de estar pendiente de que a la pequeña Rocío no le faltase de nada era Juan de la Rosa, el secretario de 'la Jurado'. "Tito Juan", como le llamaba Rociíto, era como de la familia (incluso era el padrino de Chayo Mohedano), y lo siguió siendo hasta su fallecimiento en 2007. 

Pedro Carrasco tampoco llevaba bien la ausencia de su mujer. De hecho, sus infidelidades acabaron con el matrimonio de la pareja en 1989, cuando Rocío Carrasco tenía 12 años. La cantante, entonces, se mudó con su hija a una gran mansión que habían comprado un año antes y en la que pasaría el resto de su vida.

Madre e hija comenzaron a vivir en La Moraleja, en una gran casa llamada Montealto y popularmente conocida como 'Villa Jurado'. Esa es la vivienda a la que hacía referencia Rocío en su docuserie el pasado domingo, cuando contaba que, desde el internado en el que estudiaba BUP veía el tejado de su casa... Se trataba de una mansión digna de una estrella como Rocío Jurado: contaba con varios salones, habitaciones con lujosos baños, una piscina climatizada ¡y hasta un tablao flamenco con barra de bar!

En el testamiento de Rocío Jurado había una condición: su familia tenía que vender 'Villa Jurado' en un plazo de menos de un año desde su muerte. Y no lo consiguieron. En 2006 la casa salió al mercado por 6 millones de euros, pero finalmente la vendieron en 2008, por cuatro. En la notaría tuvieron que firmar, por un lado Rocío Carrasco y, por otro, Ortega Cano en representación de Gloria Camila y José Fernando. Ahí, la relación con el viudo de su madre ya era nula.

Problemas con su padre y una grave acusación

Pedro Carrasco adoraba a su única hija. Con ella pasaba a solas las temporadas en las que se ausentaba Rocío Jurado y, pese a que la custodia pasó a ser de la cantante cuando se separaron, se veían con mucha frecuencia y su relación siempre fue muy estrecha. 

Pero, con el paso de los años, padre e hija fueron alejando posiciones. Nunca se ha sabido a ciencia cierta qué ocurrió entre ambos pero, en 2016, Raquel Mosquera acudió a 'Sálvame' para hablar no precisamente bien de Rocío Carrasco. 

La peluquera habló sin tapujos de las veces que había visto llorar a Pedro por los problemas con su hija. El boxeador no aceptó nunca ni a Antonio David Flores primero ni a Fidel Albiac después y, según el relato de Mosquera, una bronca entre Rocío y su padre "le rompió el corazón. A los pocos días, mi marido murió". "Creo que Pedro falleció por esa discusión. Y los psicólogos lo saben. Después de ese día, Pedro se pasaba las noches fumando tres cajetillas diarias mirando al cielo", explicaba Mosquera en televisión... 

Sin duda, la infancia de Rocío Carrasco marcó a la mujer en la que se ha convertido y que, en la actualidad, está en boca de todos por sus duras declaraciones en su docuserie.