El rábano parece haber sido diseñado para fortalecer nuestra salud. Y es que este tubérculo agiliza las digestiones, potencia la quema de calorías, es ligero, depurativo y laxante, estimula las funciones de la vesícula y del hígado…
Además, es mucho más barato que el palmito y tiene una textura igual de crujiente. ¿A su favor? Es tres veces más ligero, aporta más agua y supera con creces su contenido en potasio. Si eres hipertenso o retienes muchos líquidos, confía en el rábano.
Más por menos: aparte de ser más barato que la rúcula, otro vegetal de la familia de la col que puede, fácilmente, incluirse en la dieta diaria, el rábano es más rico en vitamina C.