Se cumplen 5 años de la pandemia. Así vivimos el confinamiento
Entre marzo y junio del 2020 permanecimos en casa para evitar contagiarnos del covid y nuestro día a día se alteró por completo

El 14 de marzo del 2020 la vida cambió para todos los españoles cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció que la población debía confinarse en sus domicilios, una medida clave para intentar frenar los contagios desbocados de covid. Solo los considerados trabajadores esenciales podían acudir presencialmente a sus puestos, el resto tuvimos que ir amoldándonos a una nueva rutina, impensable hasta entonces, que acabó durando tres meses.
1. El aplauso a los sanitarios

Como un ritual, cada día a las ocho de la tarde todos los ciudadanos abríamos las ventanas o salíamos al balcón para agradecer con aplausos la labor que estaban haciendo en los hospitales médicos, enfermeros y todo el personal encargado de velar por aquellos que estaban enfermos tras haberse contagiado.
2. Las videoconferencias

Alejados físicamente de nuestros familiares y amigos, hablar con ellos a través de videoconferencias se volvió algo habitual y, para la inmensa mayoría, era el momento más esperado del día porque así nos asegurábamos de que todos estaban bien. Este sistema de comunicación también se solía usar en reuniones laborales, ya que millones de españoles pasamos a teletrabajar.
3. Las colas en los supermercados

Uno de los motivos por los que se nos permitía salir de casa era para proveernos de alimentos aunque las tiendas tomaron medidas para evitar los contagios y restringieron el número de clientes que podían entrar. Este hecho provocaba largas colas en las puertas a las que nos acabamos acostumbrando.
4. La desinfección

Una vez llegábamos a nuestro hogar, debíamos tomar nuevas medidas para que el temido virus no nos alcanzara y era habitual lavar a conciencia todos los productos, algunos incluso mezclando agua con un poco de lejía.
5. Las mascarillas, nuestras nuevas compañeras

Desde que nos confinaron era obligatorio llevar mascarilla, pero lo difícil era encontrarlas en las farmacias, puesto que las pocas disponibles se agotaron enseguida. De hecho, hubo quien se presentó en el supermercado con una máscara de buzo. De una manera u otra, acabamos consiguiendo alguna, ya fuera de tela o quirúrgica, y era tan preciada que la hicimos durar semanas (posteriormente descubrimos que su eficacia no duraba más de cuatro horas). Poco a poco fuimos descubriendo los modelos existentes y los más recomendados por los profesionales.
6. La necesidad de acumular papel higiénico

En los primeros días de confinamiento era imposible encontrar rollos de papel higiénico en las tiendas, porque la gente los acaparó. Este fenómeno sucedió en ciudades de todo el mundo y los expertos lo justificaron asegurando que contar con una gran cantidad de este producto ofrecía un sentimiento de seguridad de cara al futuro.
7. Aprendimos a hacer pan

El tiempo libre del que disponíamos lo invertimos en diferentes cosas, pero una de las más habituales, curiosamente, fue preparar pan en casa.
8. No faltó el ejercicio

Aunque estábamos recluidos en nuestro domicilio, nos propusimos no perder la forma física. Cada uno eligió la disciplina que más le apetecía y, a través de tutoriales u otras plataformas, se practicó, por ejemplo, yoga y zumba.
9. El perro, una garantía para pasear

A todos aquellos que tenían un perro se les permitía salir con él aunque se recomendaba que los paseos fueran más breves de lo habitual. Ansiosos por andar por la calle, algunos ciudadanos llegaron a alquilar perros a conocidos para poder salir unos minutos.
10. Nos formamos

A lo largo de los tres meses que duró el confinamiento, muchos aprovecharon el encierro obligatorio para, por ejemplo, tomar clases 'on line', ya fuera de un idioma o de un instrumento musical. Además, algunos músicos profesionales o aficionados regalaron a sus vecinos recitales improvisados en los balcones.
11. La picardía hizo acto de presencia

No todos llevamos bien no poder salir de casa como lo hacíamos antes de la irrupción del coronavirus y hubo quien usó el ingenio para salir a la calle, disfrazándose de cualquier animal, desde un perro hasta un dinosaurio.
12. Los niños siguieron con el curso

Las escuelas de nuestro país tuvieron que readaptarse rápidamente a las circunstancias, pero garantizaron que los niños pudieran dar clases virtuales y acceder a los contenidos a través de Internet.
13. El gel hidroalcohólico, indispensable

Pocos habían oído hablar de él antes de la pandemia, pero el gel hidroalcohólico no faltó en ninguna casa desde marzo del 2020, ya que ofrecía la seguridad de una protección contra el coronavirus. Además del uso del gel también nos aconsejaron lavarnos la manos con jabón tantas veces como fuera posible.