Ayudas para el autoconsumo fotovoltaico: cómo conseguirlas
Con la subida de la luz, la generación de electricidad a través de un sistema fotovoltaico es más que interesante
Reportaje avalado por la Organización de Consumidores y Usuarios. Más información en www.ocu.org
La tecnología fotovoltaica no ha dejado de mejorar su rendimiento, al tiempo que ha reducido sus costes. Éstos, además, pueden reducirse significativamente aprovechando las ayudas públicas para su instalación y las bonificaciones fiscales sobre el IBI y el IRPF.
Ayudas individuales y para comunidades
Actualmente, las ayudas públicas pueden sufragar hasta el 40% del coste de la instalación para particulares y hasta el 50% para sistemas de autoconsumo colectivo (comunidades de propietarios), dependiendo de la potencia del equipo fotovoltaico.
En concreto, entre 300 y 600 €/kWp (710 €/ kWp en el caso de autoconsumo colectivo). Y pueden aplicarse también a los sistemas de almacenamiento, es decir, a las baterías que se deseen instalar.
En este caso son incluso mayores, hasta el 70%, que se corresponden a un equipo de entre 140 - 490 €/kWh. Y cualquiera de estas ayudas aumentará un 5% en aquellos municipios con menos de 5.000 habitantes o en municipios con menos de 20.000 habitantes en entornos rurales.
Estas ayudas las gestionan y conceden las comunidades autónomas hasta finales del 2023 o el fin de los fondos disponibles. En alguna comunidad, como es el caso de Cataluña, ya se agotaron, aunque se espera que se amplíen de forma inminente. En cualquier caso, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recomienda ponerse en contacto con varios instaladores autorizados para confirmar la conveniencia de la instalación, comparar precios y solicitar, además, la gestión de las posibles ayudas.
En lo que respecta a las deducciones fiscales, pueden aplicarse tanto sobre el IBI como sobre el IRPF. Las primeras dependen del ayuntamiento y pueden rozar el 100% del recibo (ojo, en algunos municipios no están contempladas).
Mientras que las deducciones sobre el IRPF se aplican básicamente a instalaciones comunitarias y alcanzan hasta el 60% del impuesto cuando la mejora de la eficiencia energética del edificio alcance para obtener una etiqueta energética de al menos una B.