Entrevista a Laura Londoño, ganadora de 'MasterChef': "Dudaba muchísimo de mí"
La protagonista de “Café con aroma de mujer”, ganadora de la octava edición celebrity, dejó Bogotá para venir a Madrid con su marido y sus dos hijas para concursar en el talent culinario. ¡No te pierdas todo lo que nos ha contado!

Laura Londoño, ganadora de 'la octava edición de Masterchef Celebrity.
Hace unos meses llegó a Madrid con tres maletas, acompañada de su marido Santiago y sus hijas -Allegra y Micaela-, y con la adrenalina y presión de meterse en una aventura desconocida pero en la que sabía que iba a disfrutar.
En aquellos momentos, Laura Londoño tenía poca experiencia en la cocina, pero su autoexigencia y sus ganas de superarse no sólo la convirtieron en una de las sorpresas de la edición de “MasterChef Celebrity 8”, sino que la llevaron a ser la ganadora de la edición en una dura final contra su querido Álvaro Muñoz Escassi donde Laura brilló con un menú complejo, arriesgado y colorido en homenaje a su Colombia.
Con su victoria ya digerida, pudimos hablar con la bellísima protagonista de “Café con aroma de mujer” sobre su paso por el programa y sus planes de futuro.
"Cuando una tiene un sueño, es imparable”

Laura preparando su plato final.
PRONTO: Laura, ¿cómo una mujer que ha reconocido que antes apenas pisaba una cocina ha acabado siendo ganadora de “MasterChef Celebrity”?
LAURA LONDOÑO: Con mucho esfuerzo, con muchas ganas de aprender, con mucha disposición para hacerlo, para aprender de las críticas y ver en todo una posibilidad de mejoría, con una conquista pasito a pasito de la confianza en mí misma y empezar a considerar posible ganar. Porque todo fue un proceso. Al principio yo pensé que no tenía nada que hacer, dudaba muchísimo de mí. Pero, ¿sabes qué pasa? Que cuando una tiene un sueño, es imparable. Pero a veces entre tener un sueño y no tenerlo existe una barrera, que es la que nos ponemos nosotros mismos. A todos nos ha pasado. Yo misma a veces tengo un atisbo de un sueño que cruza mi mente e inmediatamente digo: “Uy, Laura, ¿cómo se te ocurre siquiera pensar en eso? ¿No te da vergüenza? ¡Qué atrevida que eres!”. Y cuando logras romper ese límite y verlo en tu mente como una posibilidad, ya se vuelve un sueño real. Ya estás a nada de lograrlo.
P.: Pero ¿cuál fue el punto de inflexión en el que viste que igual sí podías lograrlo y podías ganar?
L.L.: Yo creo que fue a mitad del programa, en el siete o el ocho empecé a pensar que de pronto igual podría llegar a ser posible ganar. Antes, no.
P.: ¿Qué te hizo ganar confianza? ¿Diste clases como loca cuando no grababas?
L.L.: Mira, creo que el espectador ha ido viendo que iba mejorando, que era buena, porque iba logrando retos. Pero mi realidad interna allí era tan diferente… yo no veía ni sentía que era buena. Y era tanta la desconfianza que yo tenía en mí que pasé jornadas excesivas cocinando. Cuando terminaba las grabaciones conseguí encontrar a profesores locos como yo y divinos que estuvieron dispuestos a darme clases a las once de la noche. Y estando yo absolutamente desbaratada del cansancio y del agotamiento. Hacía turnos de ocho de la mañana a una de la tarde en restaurantes, luego estudiaba en casa… Una locura.
Sus preciosas palabras a su marido, Santiago

El bonito beso de Laura con Santiago, su marido.
P.: En casa entonces ni te han visto el pelo.
L.L.: Claro, por eso tengo tanta gratitud con Santiago, por encargarse durante todo este tiempo de las niñas y de la casa. Porque yo me iba a trabajar y nos quitaban el teléfono y luego nos lo entregaban a las seis de la tarde, estaba todo el día incomunicada. Y llamaba a mi marido preocupada y me decía: “Tranquila, que las niñas están bien, yo me encargo”. Y eso me lo llevo para siempre en el alma. Ha sido mucha exigencia mental y física, pero es que yo soy así. Esa exigencia es la que me ha permitido en la vida lograr muchas cosas de las que me siento orgullosa.
P.: Estar en “MasterChef” ha supuesto para ti y para tu familia un gran sacrificio porque hicisteis las maletas y dejasteis los cuatro Bogotá para lanzarte a una aventura que no sabías a dónde te iba a llevar. ¿Te costó tomar la decisión?
L.L.: Yo siento que la decisión la tomé mitad por valentía, mitad por locura. Y por un poquito de ignorancia, porque no sabía dónde me estaba metiendo. Pero me sonó a aventura, y eso me encanta. Y el juego me encanta. El formato no lo seguía muy de cerca como para saber en qué me estaba metiendo, pero dije: “Esto significa irme para España, que me fascina, es una ciudad amable para estar con niños”. Y le dije a mi marido: “Ay, qué rico, vámonos con las niñas a Madrid”.
P.: ¿Y Santiago estuvo de acuerdo?
L.L.: Sí. Pero me dijo: “¿Pero por cuánto tiempo?”. Y dije: “No sé, es que puede ser una semana”. Y luego ya cuando empacamos todo lo de casa para meterlo en una bodega, sacar a las niñas del colegio, venirnos con tres maletas, buscar casa nueva, una escuela infantil, profesores para mí… lo primero que hice en Madrid fue comprarme una olla a presión, no te digo más. Pero todo era para mí una presión extra, porque después de todo el esfuerzo, me dije: “¡Ahora no me van a sacar de aquí la primera semana! ¡Ni loca!”.
P.: ¿Y los tuyos se han adaptado bien? ¿Están felices?
L.L.: Sí, ha sido muy divertido. Madrid es una ciudad deliciosa y amable, y yo veo a mis hijas felices. Allegra acaba de cumplir cuatro años y Micaela tiene un año y medio.
Aunque volverá a Bogotá para rodar una serie, su plan es regresar a Madrid

Laura se hizo famosa en nuestro país por protagonizar la serie "Café con aroma de mujer" junto a William Levy.
P.: ¿Y ahora qué planes tenéis? ¿Os quedáis?
L.L.: Aquí es que ahora tengo un proyecto muy lindo, una marca de maquillaje que se llama “Feroz”. Lo lancé hace un año y ahora estamos abriendo puntos de venta. Es un sueño hecho realidad porque para mí ser mujer no siempre fue algo con lo que me sentía cómoda, crecí que ser mujer es una desventaja. Y en ese construirme a mí misma y conquistar mi feminidad, hasta el lugar en el que estoy hoy, feliz y orgullosa de ser mujer, pues no quiero que otra mujer se pierda ese sentimiento nunca más. Y creo que el maquillaje es una herramienta que nos permite expresarnos y empoderarnos. Es una invitación a que todas tengamos la valentía de ser nosotras mismas, aceptarnos, romper los límites y sacar de debajo del tapete esa parte nuestra tan femenina que también es caótica, feroz, instintiva, salvaje y que a veces le tenemos miedo porque nos han enseñado a guardarla.
P.: Así que te quedas en España.
L.L.: Sí, pero en enero iré dos meses a Bogotá a rodar la segunda temporada de “Manes”. Pero después regresaremos acá, seguro. Porque Madrid me ha conquistado.
La gran amistad con sus compañeros de 'MasterChef'

P.: Y más ahora que tienes tantos amigos. Porque en el programa habéis hecho todos una gran piña.
L.L.: Sí, ha sido maravilloso, me llevo muchos compañeros en el alma. Y agradezco haber llegado a la final con Álvaro porque lo quiero un montón, fue súper bonito a lo largo de todo el concurso participar con él, conocerlo y disfrutarlo.
P.: ¿Es tan galán y seductor como dicen?
L.L.: Total, ¡y más, ja, ja! Sí, pero es su naturaleza, lleva dentro la coquetería y galantería. Pero no es que necesariamente esté cortejándote a ti, sino que es parte de su esencia, porque se relaciona así hasta con el árbol de la esquina. Es así, y es encantador. Luego quiero muchísimo a Tania, ayer vi la final con ella y con mi Sandrita preciosa. Los quiero mucho a todos, me siento muy afortunada porque fue un grupo muy lindo.
P.: ¿Seguís tan unidos?
L.L.: ¡Claro! Y es una locura, tenemos veinte chats, todos con nombres diferentes: uno sólo de mujeres, otro del equipo entero… un montón. Y hablamos todo el día de todo. Ha sido sin duda una experiencia inolvidable.