Felipe y Letizia: perfectos anfitriones de 2.500 invitados en la Fiesta Nacional
Tras dos años de forzosa austeridad debido a la pandemia del Covid-19, los Reyes abrieron de nuevo las puertas de palacio
Muy contentos por poder retomar la Fiesta Nacional en todo su esplendor tras dos años empañada por las restricciones de la pandemia, Felipe y Letizia presidieron el desfile del 12 de octubre, en el que participaron 4.000 militares, 150 vehículos y 84 aeronaves y recibieron en el Palacio Real a nada más y nada menos que 2.500 invitados.
Un besamanos de más de hora y media
En el desfile, sólo les acompañó su hija pequeña, la infanta Sofía, de 15 años, pues la mayor, Leonor, no pudo saltarse las clases en el internado UWC Atlantic de Gales, donde estudia segundo de bachillerato y más cuando, en sólo dos semanas, vendrá a España para la entrega de los Premios Princesa de Asturias y a celebrar su 17º cumpleaños.
El tradicional besamanos duró este año más de hora y media y los Reyes tuvieron que realizar hasta tres pausas en el saludo a sus 2.500 invitados para descansar la mano.
Además Letizia tuvo que descansar los pies, porque, a pesar de la dolorosa afección que sufre en el pie izquierdo, un tumor no canceroso en un nervio, no renunció a conjuntar con unos altos zapatos de tacón el estiloso vestido verde de lunares de la firma sevillana Vogana.
Unos grandes anfitriones
Se nota que la Reina está cada vez más cómoda en este tipo de eventos y se ríe, toca y hasta se fotografía con sus interlocutores, mostrándose especialmente cariñosa con los representantes de las entidades sociales. Por su parte, el Rey departió amablemente con los invitados más ilustres y veteranos en una fiesta de la que todos salieron satisfechos y esperando repetir el año que viene.