Felipe y Letizia: todo sobre su lujoso encuentro con el emir de Qatar
El jeque y la primera de sus tres esposas visitaron oficialmente España
Siempre se ha dicho que los Reyes son los mejores embajadores de España y, como tales, ejercieron de entregados anfitriones durante la visita de estado del jeque Tamim bin Hamad Al Thani, emir de Qatar, y su primera esposa –tiene tres–, la jequesa Jawaher bint Hamad bin Suhaim Al Zani.
Las dos casas reales mantienen una antigua y estrecha amistad que creció con los reyes eméritos Juan Carlos y Sofía y los padres del actual emir, el jeque Hamad bin Jalifa Al Thani y la elegante jaquesa Moza bint Nasse, y se ha afianzado ahora con sus respectivos herederos y su esposas, entre las que fue obvia la simpatía mutua.
Regalos a Letizia por un valor superior a los 100.000 euros
En el marco de ese viaje se anunciaron importantes acuerdos económicos que esperan sean beneficiosos para ambos Estados, como el aumento en el suministro de gas qatarí a España –fundamental ante el problema generado por la invasión rusa de Ucrania– y también un generoso incremento en las inversiones procedentes de Qatar de 5.000 millones de dólares –unos 4.720 millones de euros– que se materializarán, sobre todo, en el ámbito de las energías renovables y el impulso digital.
Ése no fue el único "regalo" que Tamim bin Hamad al Zani trajo consigo. La generosidad de los jeques es bien conocida, nunca visitan un lugar con las manos vacías, y en esta ocasión, llegaron con una joya para la reina Letizia cuyo valor podría superar los 100.000 euros: unos pendientes "chandelier" en platino y con diamantes de unos 7 u 8 quilates.
Una camiseta de la Selección
Por parte de las autoridades españolas, el jeque fue agasajado con el collar de la Orden de Isabel la Católica, con la llave de oro de la ciudad de Madrid y, como curiosidad, con una camiseta de la selección española de fútbol, ya que su país acogerá el próximo campeonato mundial a finales de año.
En cuanto a la cena de gala, como deferencia a sus invitados, Felipe y Letizia ordenaron que no se sirviera ni carne ni vino. Creado por el chef Ramón Freixa, el menú incluyó espárragos blancos y verdes con tartar de ventresca y mero con arroz meloso. Como postre se sirvieron cerezas, queso fresco y pimienta de Sichuan, y de bebida, agua y zumo, como suele ser habitual en los banquetes ofrecidos a los mandatarios musulmanes.
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