El Rey Juan Carlos I está siendo investigado por una transferencia de 100 millones de dólares (64 millones de euros al cambio en 2008) que recibió el 8 de agosto de 2008 del rey Abdulá de Arabia Saudí.
La operación bancaria tuvo lugar una semana después de que se publicara en el BOE un acuerdo estratégico de colaboración con Riad y apenas tres semanas después de que se celebrara en Madrid una conferencia de Diálogo interreligioso que sirvió, entre otras cosas, para presentar el régimen saudí como un país abierto y tolerante, pese a ser considerado una de las peores dictaduras del mundo que, además, patrocina una visión extrema del islam.
El Rey Juan Carlos I saludando a los reporteros gráficos en 2007.
Dos de los datos más relevantes del asunto son que, según el diario ‘Tribune de Geneve’, los 100 millones de dólares salieron del Ministerio de Finanzas de Arabia Saudí y que acabaron en la cuenta de una fundación panameña que tenía como último beneficiario al rey emérito; y en segundo lugar, que después de que el monarca fuera gastando el dinero, en septiembre de 2012 transfirió los 65 millones de dólares (41,6 millones de euros) que quedaban a la cuenta de su ex amante Corina zu Sayn-Wittgenstein en concepto de donación.
El Rey Juan Carlos I y Corina zu Sayn-Wittgenstein en los Premios Laureus en 2006.
Posible relación con comisiones
El fiscal suizo Yves Bertossa, que está investigando el caso, vincula la transferencia del dinero y posterior traspaso de los 65 millones a Corina con una supuesta comisión por el papel del Rey emérito en la adjudicación del AVE Meca-Medina a un consorcio de empresas españolas.