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Carlos y Camilla, su historia. Capítulo 4: la muerte de Diana marcó su futuro

Último capítulo de la historia de amor entre Carlos III y su mujer: destinados a amarse y a reinar juntos

carlos y camilla en un coche

Carlos y Camilla han hecho frente a muchísimas polémicas a lo largo de su relación.

Anna Lasheras

Tras quince años de infierno matrimonial, Carlos y Diana habían firmado el divorcio y enterrado el hacha de una cruenta y aireada guerra. Él comenzaba una nueva vida con Camilla y, aunque era consciente de que no podían casarse en una ceremonia religiosa –por estar llamado a ser el líder de la Iglesia anglicana–, le confesó a un amigo que soñaba con que los británicos la aceptaran. "¡Si por lo menos la gente dejara de ser tan horrible con ella!", se dolía.

Y es que la prensa la había convertido en una "bruja maquiavélica" que había arruinado la felicidad de Diana. Tan negativa era su imagen, que hasta el Duque de Edimburgo presionó a su hijo para que la dejase, pero Carlos le dijo a su familia: "Ella es una parte muy importante de mi vida y no es negociable".

Ya que el heredero no daba su brazo a torcer, la oficina palaciega de Clarence House –su residencia londinense– se puso manos a la obra para mejorar la imagen de Camilla de cara al día en que, si todo iba bien, pudieran hacer oficial su relación. Carlos estaba muy ilusionado. Diana, que había tenido varios novios, salía con Doddi Al-Fayed, así que el actual rey soñaba con poder mostrar al mundo cuánto valía Camilla.

"Todos me van a culpar", temió tras la muerte de Diana

Entonces, el 31 de agosto de 1997, un fatídico suceso lo truncó todo: Diana falleció en un accidente de tráfico cuando el coche en el que huía de unos paparazzi con Doddi se estrelló en un túnel de París. En su libro 'The Firm', Penny Junor cuenta que Carlos, al enterarse, se hundió y pronunció dos frases premonitorias: "Todos me van a culpar" y "vamos a asistir a una reacción nunca antes vista. Podría destruir la monarquía".

"Sólo podía pensar en la chica que fue cuando la conocí"

El príncipe voló a París para llevar los restos mortales de su exesposa de vuelta al Reino Unido. Caroline Graham recogió en 'Camilla: su verdadera historia' lo que él le contó a su actual esposa sobre el impacto de ver el cadáver: "Sólo podía pensar en la chica que fue cuando la conocí, no en la mujer en que se convirtió ni en los problemas que tuvimos. Lloré por ella y por nuestros hijos".

La muerte de Diana conmocionó al mundo y la fría respuesta de la Familia Real lo indignó. Que un compungido Carlos caminara tras el féretro por las calles de Londres no mejoró nada, pues se le criticó haber hecho que sus hijos, Guillermo, de sólo 15 años, y Harry, de 12, realizaran el fúnebre paseo con él.

Carlos con sus hijos Guillermo y Harry en el funeral de Lady Di

Carlos caminó tras el féretro de Diana, pero se le acusó de haber obligado a los niños a hacerlo con él y de no haber atendido lo suficiente a su dolor.

Según Rebecca Tyrell, biógrafa de Camilla, "el impacto de la muerte de Diana en la relación de Carlos y Camilla fue enorme. Supuso una barrera a cualquier oportunidad para que aparecieran públicamente como pareja. No podía ser".

Era más que eso. Algunas voces acusaban a los servicios secretos, a Carlos y a Camilla de haber asesinado a la Princesa del pueblo. "En los primeros días después de la tragedia –relata una amiga suya en 'Camilla, su verdadera historia'–, ella estaba realmente preocupada por su seguridad. El país estaba cada vez más enfadado y muchos veían en Camilla la causa de la desgracia de Diana".

Objetivo: mejorar su popularidad

Fue una época muy dura para ella. Había perdido a su madre, enferma de osteoporosis y, para superarlo, se había puesto al frente de la Sociedad Nacional contra dicha enfermedad. Carlos iba a acompañarla al baile anual de la entidad, en su primera aparición pública como pareja, pero la muerte de Diana tiró por tierra sus planes. "Nunca nos lo habrían perdonado", le dijo a una amiga.

Él, afligido por ver su relación de nuevo en la clandestinidad, se volcó en sus hijos, pero, cuando Guillermo y Harry regresaron al internado, retomó su vida con Camilla y, en 1998, se publicó que ella dormía hasta tres noches por semana en Clarence House y pasaba los fines de semana en Highgrove.

Isabell II Carlos Camilla

Después de haberse pasado años intentando que Carlos dejara a Camilla, Isabel II no tuvo más remedio que acabar aceptando el amor de la pareja e, incluso, le prestó a Camilla algunas de las joyas reales.

De puertas para dentro, Camilla empezó a asistir "de oyente" a las reuniones de agenda de Carlos y pronto empezó a participar activamente en ellas. Además, se reactivó el plan para mejorar su popularidad con buenos resultados.

Uno de los factores clave fue la aprobación de los hijos de Carlos. En julio de 1998 se publicó que Guillermo había llegado por sorpresa a palacio estando Camilla allí. Carlos le habría dicho que no tenía por qué encontrarse con ella, a lo que el joven príncipe contestó que no tenía ningún problema y los tres pasaron un buen rato charlando. En realidad, ya se conocían, pero escenificar el beneplácito de Guillermo fue crucial.

Carlos Camilla joyas

Carlos introdujo progresivamente a Camilla en su círculo social y familiar.

La bendición de la reina llegó en el 2002

Por otro lado, los estilistas pulieron la imagen de Camilla sin cambiar su esencia y, en noviembre de ese año, hicieron su primera aparición pública en el 50º cumpleaños del príncipe, al que también asistieron Guillermo; Harry; el exmarido de Camilla, Andrew Parker-Bowles; y sus dos hijos. Sólo faltaba la bendición de la reina, que llegó en el 2002, cuando invitó a Camilla a unirse a la Familia Real en su Jubileo de Oro.

Los británicos fueron descubriendo que Camilla no era tan mala como creían y, en febrero del 2005, se anunció la boda por lo civil de la pareja para el 9 de abril de ese mismo año.

La transición fue suave. No se la nombró Princesa de Gales –un título muy unido a Diana–, sino que se convirtió en duquesa de Cornualles y muchos pensaron que nunca sería reina, pero, poco antes de morir, Isabel II expresó su deseo de que Camilla fuera coronada.

Carlos Camilla parker boda

El posado de los actuales reyes con sus hijos en el día de su boda fue la confirmación de que todos estaban de acuerdo con su relación.

Sus hijos, sus grandes preocupaciones

Con ella a su lado, Carlos empezó a mostrarse mucho más simpático y cercano, aunque nunca haya conseguido los índices de popularidad de sus esposas o de sus hijos.

Al crecer, estos le trajeron sus mayores alegrías, pero también grandes tribulaciones. Guillermo se casó con la perfecta Kate Middleton en una boda de cuento y les dieron a Carlos y Camilla tres nietos preciosos –ya tenían cinco por parte de ella– y luego está Harry...

Carlos de Inglaterra abrazando a su nieto.

Carlos abrazando a su nieto.

El joven acusa a su padre de no haberle ayudado con los problemas de salud mental que tuvo a raíz de la muerte de Diana y, sin mencionarlo directamente, insinúa que realizó comentarios racistas sobre su esposa, Meghan Markle, y su hijo.

Las grietas en su relación darían para un libro, pero ésta es la historia de Carlos y de Camilla, el amor de su vida, lo mejor que le ha podido pasar, la mujer que ha estado a su lado en lo bueno y en lo malo y la única capaz de apaciguar su, a veces, iracundo temperamento.

Carlos y Camilla en un jardín

La pareja sube al trono en una edad en la que otros se dedican a disfrutar de sus nietos, algo que ellos no podrán hacer tanto como antes.

Carlos y Camilla haciendo un molde de escayola

Carlos y Camilla lo pasan en grande sus actos públicos.

A sus 75 años, aquella chica que soñaba con ser un ama de casa dedicada a sus hijos, su jardín, sus paseos y sus libros, compartirá con el rey, de casi 74, la realización del sueño que él tuvo al instante de conocerla a los 22 años: reinar juntos, enamorados y felices.

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