Harry: todo sobre su guerra abierta contra la prensa por dañar su salud mental
El príncipe se enfrenta en los juzgados a grandes grupos editoriales británicos para impedir que sigan dañando la salud mental de los famosos
Hace tiempo que el hijo menor de Carlos III, Harry, asumió el papel de David para enfrentarse a distintos Goliats. La Casa Real fue el primer gigante al que plantó cara y, ahora que ha sido apartado de ella, ha hecho algo que, como él mismo dice, "el palacio no me habría permitido": demandar a los grandes grupos editoriales en lo que, según asevera, va a ser "el trabajo de mi vida".
Escuchas ilegales e información sesgada
Ya en su libro ‘Spare’, Harry dijo que las mentiras que la prensa sensacionalista británica ha publicado sobre él han dañado su salud mental desde que era una niño; igual que le sucedió a su madre.
En su primera comparecencia en el juicio contra el diario ‘The Mirror’ , el pasado 5 de junio, el duque de Sussex leyó una declaración de 50 páginas en la que afirmaba que ese diario había tergiversado información suya de carácter íntimo y personal y que sólo era conocida por el propio Harry y personas con las que había hablado por teléfono, como su hermano, Guillermo; su antigua niñera, Tiggy; su padre... Eso le provocó una gran inseguridad. "Sentía que no podía confiar en nadie, lo cual fue horrible para mí, especialmente a una edad tan temprana", aseguró el príncipe.
Antes de descubrir que grupos editoriales habían pagado a investigadores privados para que lo espiaran a él y a su novia Chelsy Davy, además de comprobar que sus conversaciones y mensajes de voz habían sido escuchados ilegalmente por terceros, Harry rozó la obsesión enfermiza. "Siempre escuché que la gente se refería a mi madre como paranoica, pero ella no lo era. Tenía miedo de lo que realmente le estaba sucediendo a ella y ahora sé que a mí también".
Pusieron en tela de juicio quién era su verdadero padre
El joven sabía que lo que publicaba la prensa era, en gran parte, falso o la información había sido obtenida de manera ilegal, pero aun así llegó a creer ciertas teorías: "Numerosos periódicos publicaron el rumor de que mi padre biológico era James Hewitt, un hombre con el que mi madre tuvo una relación después de nacer yo", dijo.
Sintiendo que los tabloides preferían publicar sus fracasos antes que sus éxitos, Harry se vio tentado a darles argumentos. "Para ellos yo era el 'tonto' el 'gamberro', el 'bebedor menor de edad', el 'consumidor irresponsable de drogas' –escribe– y pensé que si la gente creía eso de mí, podía serlo".
Una gesta difícil, que podría ser histórica
El duque va a tener muy difícil que el juez falle a su favor porque no ha podido aportar pruebas que demuestren que esas conversaciones a las que se refiere fueran realmente grabadas, ya que jamás tuvo la factura de unos teléfonos que ni siquiera estaban a su nombre.
Sin embargo, sí parecen probados los pagos a investigadores privados. Si logra vencer a este gigante, sentará un precedente para el tratamiento de la información del corazón, por lo menos en el Reino Unido.