Carlota Casiraghi, otra víctima de la maldición de los Grimaldi
La hija de Carolina sigue en busca del amor tras varios fracasos sentimentales. ¿Será el escritor Nicolas Mathieu el antídoto contra este hechizo que impide a los "royals" monegascos ser felices en el amor?
"No tenían vida familiar y eso era complicado para ella"
Tragedias y escándalos. Stefano murió con 30 años, dejando a Carolina desolada; Rainiero perdió a Grace en un accidente, Estefanía ha sido muy infeliz en amores, y Alberto no logra que su matrimonio funcione.
Habrá quien diga que más que a un hechizo, la separación de la hija de Carolina de Mónaco se ha debido a la apretadísima agenda profesional de Dimitri, uno de los productores de cine más destacados de Francia.
"No tenían vida familiar y eso era complicado para ella", ha explicado una fuente a la revista ‘Voici’. No es éste el primer fracaso amoroso de Carlota. A pesar de haber estudiado Filosofía en la Sorbona de París, la más intelectual de los Casiraghi no ha logrado descubrir aún los secretos del amor. Y eso que los ha buscado.
Seis rupturas y dos hijos
Siendo una adolescente se enamoró de Hubertus Arenque Frankensdorf, aristócrata austriaco con el que salió un par de años. Después conoció a Felix Winckler, hijo de un afamado abogado belga, con quien vivió del 2004 al 2007. Su siguiente relación, con Alex Dellal, galerista de ascendencia iraní, afincado en Londres, duró cinco años y, aunque se llegó a hablar de boda, rompieron en el 2012.
Carlota Casiraghi con su ex, Alex Dellal.
Ese mismo año se enamoró del actor francés Gad Elmaleh, 16 años mayor que ella, y padre de su primer hijo, Raphaël, que nació en diciembre del 2013. Pero, al final, la sombra de la maldición se coló en el domicilio parisino de la pareja, que rompió en el 2015, al parecer, por la carrera de Elmaleh, que le obligaba a pasar largas temporadas en EEUU.
Tras la ruptura, a Carlota se la vio con el director de cine italiano Lamberto Sanfelice, de quien se separó en el 2016. Y al año siguiente llegó a su vida Rassam, hijo de la actriz Carole Bouquet, íntima amiga de la princesa Carolina.
Carlota con su ex más reciente, Dimitri Rassam.
Aunque la pareja se comprometió en la primavera del 2018, no se casó hasta el 1 de junio del 2019, tras el nacimiento de su hijo Balthazar. A pesar de que parecían estar hechos el uno para el otro, también esa relación acabó naufragando. Sin embargo, Cupido no ha dejado sola a Carlota por mucho tiempo.
Tan sólo un mes después de que se publicara la noticia de su ruptura, ya tiene un nuevo amor, el escritor Nicolas Mathieu, premio Goncourt 2018, de 45 años, ocho más que la princesa, divorciado y padre de un hijo de 11.
No sabemos si la maldición seguirá persiguiendo a Carlota o si ésta habrá encontrado, por fin, su alma gemela y el antídoto contra el hechizo que impide a los Grimaldi ser felices en el amor.
Estefanía y Alberto, también perseguidos por el embrujo
Carolina de Mónaco con su difunto exmarido, Stefano Casiraghi.
Al escribir sobre la vida sentimental de Carlota y la maldición de los Grimaldi no he podido evitar pensar en Estefanía por su incansable búsqueda del amor (aunque con hombres muy diferentes a los que elige su sobrina).
Famosas fueron sus relaciones con Paul Belmondo, el "playboy" Mario Oliver, el actor Rob Lowe, Anthony Delon, el empresario Jean Yves Lefur, los guardaespaldas Daniel Ducruet (padre de sus hijos Louis y Pauline) y Raymond Gottlieb (con quien tuvo a Camille), el director de circo Franco Knie y el trapecista Adans Peres. No hay duda de que ella también ha sufrido los efectos de esta maldición.
Alberto y Charlene de Monaco
Capítulo aparte merecería el titular del Principado, Alberto, que también, como sabemos, ha tenido una particularísima vida sentimental, con "affaires" con una camarera y una azafata, madres de dos hijos suyos, para después acabar casándose en un matrimonio de ida y vuelta continuo con la bella Charlene.
BODA DE LA PRINCESA CAROLINA DE MONACO Y STEFANO CASIRAGHI
Y no, no me dejo en el tintero que Carolina también sufrió esta maldición cuando su marido, Stefano Casiraghi, padre de sus tres hijos, falleció en un accidente náutico con sólo 30 años, en 1990.