Jaime Peñafiel critica a Víctor Manuel de Saboya y su cruel ataque al rey Juan Carlos
En una docuserie de Beatrice Borromeo, el polémico príncipe italiano habla sobre la muerte accidental del hermano del emérito y asegura que él estuvo allí cuando ocurrió
Beatrice Borromeo es una aristócrata y periodista italiana, casada con Pierre Casiraghi, tercer hijo de la princesa Carolina de Mónaco y sobrino del actual soberano, Alberto II. Estas semanas es noticia por haber producido y dirigido una docuserie, ‘El príncipe que nunca reinó’, en la que trata de arrojar luz sobre uno de los miembros de la realeza más polémicos, Víctor Manuel de Saboya.
Y al final del último episodio se menciona, de manera gratuita, al rey Juan Carlos, a propósito de la muerte accidental de su hermano, Alfonso.
Víctor Manuel no estaba el día del suceso, tal y como dice
Cuando el italiano creía que ya no le estaban grabando, dijo: "Tengo muchas cosas que contar sobre Juan Carlos, pero no puedo. Era muy poco educado con mi mujer y conmigo cuando teníamos desencuentros. Y no sé por qué, porque siempre fuimos muy amables".
A continuación, añade: "Juanito la armó gorda. ¡Mató a su hermano! No le disparó directamente, sino a través de un armario. Yo estaba allí". He de decir que no es cierto que el día del suceso el príncipe estuviera, como dice, allí. Resulta que él y su familia estaban exiliados, como los borbones, en Portugal, pero no en Estoril, donde se produjo el mortal accidente, sino en Cascais.
En el cuarto de juegos sólo estaban los dos hermanos
La historia de ese trágico día, 29 de marzo de 1956, la sé de memoria y la tengo bien documentada. Nunca estuvo "rodeada de misterio" ni hubo "dos versiones", como se dice en el documental.
Era Jueves Santo. La familia había asistido a los oficios religiosos. Al regresar a Villa Giralda, el hogar de los condes de Barcelona, y mientras se preparaba la cena, Juanito y su hermano se entretenían en el cuarto de juegos con una pistola del calibre 22 que le habían regalado a Juan Carlos, cadete en la Academia General Militar de Zaragoza, y que su madre tenía guardada.
Y mientras manipulaban la pistola ocurrió el accidente. En ese momento, el arma la manejaba Juanito, que iba a disparar a una presunta diana sin saber que estaba cargada. Como se ve, sólo estaban los dos hermanos. Sí es cierto que entre la familia Borbón y los Saboya siempre hubo una buena relación y que compartían comidas, cenas y el golf.
Además, una de las hermanas de Víctor Manuel, María Gabriela, pudo haber sido reina de España, como primer amor que fue de don Juan Carlos.
Un tribunal le absolvió por falta de pruebas
Pero volvamos a Víctor Manuel y sus problemas. De los cuales, el más grave es el que tuvo lugar en la isla de Cavallo, en Córcega, en 1978 y que se saldó con la muerte de Dirk Hamer, un alemán de 19 años, que estaba con un grupo de jóvenes que se quedaron a pasar la noche cerca de la residencia veraniega del príncipe.
Éste, tras descubrir que habían usado un bote suyo sin su permiso, se enfrentó a ellos con un fusil disparando dos veces. Una de las balas alcanzó a Hamer, que acabó falleciendo. Víctor Manuel fue detenido, procesado y juzgado en París al cabo de 13 años, y el tribunal le absolvió por falta de pruebas.
Beatrice, obcecada con aclarar el caso
Esta historia ha acompañado a Beatrice Borromeo durante toda su vida, porque da la casualidad de que su madre, Paola Marzotto, es una de las mejores amigas de la hermana del fallecido, una mujer que lleva media vida luchando para que se reabra este escabroso caso.
Con esta docuserie, la esposa de Pierre Casiraghi ha tratado de aclarar un caso lleno de irregularidades, como el hecho de que se perdiera la bala que mató a Dirk. La novedad es que ha conseguido que el jefe de la Casa Real de Saboya hable de lo que sucedió hace más de 40 años en Córcega.
Referirse a este príncipe italiano es recordar también cuando se lió a golpes con su primo Amadeo de Aosta, que siempre se ha autoproclamado rey de Italia. Fue en la Zarzuela, en una cena ofrecida por Juan Carlos, tras la boda de Felipe y Letizia. Tuvo que separarlos la reina Ana María de Grecia, mientras al Rey emérito sólo se le oyó decir: "¡Nunca más!".