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Así es María Dolores Díaz, la madre de El Cordobés, que le enseñó a amar y a perdonar

Como el propio Manuel ha destacado, María Dolores lo educó en el respeto hacia su padre ausente y lo ha apoyado desde que se propuso conocerlo. Aquí tienes la historia de esta gran mujer:

Manuel Díaz El Cordobés besando a su madre.

Su pilar en la vida. Desde que empezó a ser conocido como torero, Manuel ha elogiado públicamente la educación y el ejemplo de lucha que le dio su madre y ha demostrado que siente devoción por ella.

Nereida Domínguez

Continúa estando pletórico de felicidad por haber iniciado finalmente la relación con su padre biológico, Manuel Benítez, pero ello no quiere decir que en Manuel Díaz haya mermado ni un ápice el gran amor que siempre ha sentido por su madre, María Dolores Díaz, gracias a quien se ha convertido en un hombre con unos valores que le han hecho ganarse la admiración de miles de personas.

Incluso en la rueda de prensa que el diestro convocó para relatar cómo fue su primer encuentro con Manuel Benítez, el madrileño también quiso hacer alusión a su progenitora y al papel que ha tenido en su vida. "La mía es la historia de un chaval que nace y se cría en el respeto y en el amor que mi madre me inculca hacia una persona que no existe. Ella ha sabido convertir las cosas negativas de mi vida en positivas. Ha habido años que no han sido fáciles. Mi madre dice que os dé las gracias, que ella está tranquila. Está feliz, tiene una edad y no quiere participar en este proceso, lo delegó en mí, supo apartarse animándome y apoyándome. Sobre todo, entendiéndome. Os manda un beso y os pido que respetéis su postura", explicó.

Cuando se quedó embarazada, sus padres la echaron de casa

Como ha hecho desde que su hijo empezó a ganar popularidad, María Dolores Díaz González sigue optando por la discreción y son escasas las veces que ha hablado con los periodistas. A lo largo de todos los años en los que Manuel luchaba por intentar conocer a su padre, ella siempre lo ha apoyado y nunca ha tenido una mala palabra para el hombre que puso patas arriba su vida cuando era adolescente.

Manuel Díaz cuando era un bebé con su madre

A pesar de lo que comportaba ser madre soltera en 1968, María Dolores se sintió orgullosa de Manuel, al que siempre ha querido con toda su alma y al que está especialmente unida desde que era un bebé.

Manuel Benítez la conoció en 1967 cuando ella trabajaba de asistenta en la casa de un matrimonio amigo del entonces ya famosísimo Cordobés. El torero enseguida quedó prendado de aquella chica que, cansada de sus zalamerías, dejó el empleo y encontró otro en un bar. Sus esfuerzos fueron en vano porque el de Palma del Río la localizó y siguió cortejándola. Finalmente, María Dolores, que no tenía ni 20 años, se enamoró perdidamente del diestro y el destino quiso que se quedara encinta.

Cuando los padres de la joven descubrieron que estaba embarazada, la echaron de casa y ella alquiló una habitación que a duras penas podía pagar. El 30 de junio de 1968, Manuel Díaz vino al mundo en una clínica madrileña. "No traje un pan debajo del brazo, sino una tostada muy gorda, sobre todo para mi madre. En aquella época, ser hijo natural no estaba muy bien visto. Los niños no pedimos nacer, simplemente nacemos", ha dicho el diestro sobre su origen.

"Comíamos todos los días, pero no había para ningún lujo"

Cuando el pequeño tenía algo más de un año, Manuel Benítez reapareció en la vida de María Dolores y le pagó unos meses de estancia en un hotel de lujo del barrio de Salamanca antes de emprender una gira por Latinoamérica y volver a dejarlos solos.

La abuela materna del pequeño Manuel siempre estuvo en contacto con ellos y consiguió que su marido aceptara acoger a María Dolores y a su hijo en casa, por lo que el niño pasó sus primeros años de infancia con su madre y sus abuelos. "Eran gente trabajadora, comíamos todos los días, pero no había para ningún lujo", ha recordado. Cuando él tenía 4 años, su madre se casó con el delineante José Oñate, con el que tuvo cinco hijos y que fue lo más parecido a un padre para su primogénito.

Manuel Díaz de joven con su madre.

Manuel Díaz de joven con su madre.

Desde que tuvo uso de razón, Manuel supo que era hijo de Manuel Benítez, entre otras cosas porque su abuela no paraba de repetirlo. Su madre se lo confirmó y él la creyó a pies juntillas. Para ella fue todo un "shock" que, con 13 años, el chico le dijera que quería ser torero, pero, a pesar de ello, lo puso en contacto con conocidos suyos del mundo de la tauromaquia que le empezaron a dar clases.

Con el paso de los años, el joven triunfó y lo primero que hizo con el dinero que ganó fue comprarle una casa en Almería a su madre, que se había divorciado de su marido. Manuel nunca ha escondido la devoción que siente por la mujer que le educó y le enseñó a no guardar rencor y, sobre todo, a querer incondicionalmente a los suyos. Así lo ha demostrado el diestro tanto con sus parejas, como con sus hijos, por los que se ha desvivido siempre.

Manuel Díaz con su madre cuando era un bebé y dando el biberón a su hija

Un ejemplo para él. El amor que su progenitora le inculcó, Manuel lo ha transmitido a sus hijos.El diestro dándole un biberón a Alba, su primogénita.

Manuel Díaz con Virginia Troconis y su madre presentando a Manuel hijo

Manuel con su madre y Virginia, que sostiene a Manuel recién nacido.

"¡Gracias, mamá, por enseñarme el significado del verbo amar!"

El torero es consciente del importante papel que ha tenido su progenitora en su vida y le ha dedicado sentidos mensajes. "¡Gracias, mamá, por tu entrega y por enseñarme el significado del verbo amar! Una madre es la única persona que te querrá independientemente de tu fama, tu posición social, tu capacidad económica, tu actividad laboral o tu carácter. Los únicos ojos en los que siempre podrás ver con claridad la verdad. El único corazón que siempre te estará protegiendo incluso desde la distancia. Los únicos brazos que siempre permanecerán abiertos para auparte a triunfar o para rescatarte de tus fracasos. El único pilar real en tu vida", escribió coincidiendo con un Día de la Madre.

Manuel Díaz con su hija Alba Díaz, su hermano y su madre.

Una familia unida. María Dolores pasa todo el tiempo que puede con Manuel. Sobre estas líneas, con su hijo Chema, su nieta Alba y el diestro en la finca sevillana de éste último.

Para Manuel, su progenitora es un ejemplo a seguir y no se cansa de elogiarla en público. "¡Siempre he admirado a esas mujeres luchadoras que mantienen en sus ojos y su corazón el brillo de la dignidad!", ha dicho de ella. Asimismo, ha reconocido que María Dolores le ha enseñado que "una madre entiende, perdona, cuida protege, enseña, olvida, sufre, defiende, pero, sobre todo, te ama más que a ella misma". A buen seguro que ahora está encantada con la felicidad que irradia su primogénito.

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