Carlos Sobera nos cuenta sus aventuras más locas
Licenciado en Derecho y actor por vocación, este vasco se ha consolidado como uno de los grandes presentadores de Mediaset
Carlos Sobera teatro
Como los salmones, Carlos Sobera se ha pasado la vida nadando a contracorriente. No es raro, pues, que ése sea el titular para su debut como escritor en un libro que revela algunos de los secretos de este amable y socarrón baracaldés, que se siente feliz de haber logrado los sueños que perseguía, aunque no por el camino más sencillo.
Carlos Sobera serio
De familia emigrante, nació en 1960 en el humilde piso de Baracaldo (Vizcaya) donde vivían sin agua, corriente de 125 voltios y una abuela siempre vestida de luto. “No era un niño feliz”, escribe Carlos Sobera de su infancia.
De acosado en la escuela por gordito a matón
Carlos Sobera supervivientes
Con 2 años se escapó de casa. “Me desperté, no estaba mi madre y me fui en su busca", cuenta Carlos Sobera de una aventura de la que, en pijama, lo rescató un vecino. Siempre se escapaba de su hermana Mariasun cuando le llevaba a la escuela, que odiaba por los varazos que le propinaban en manos, piernas y nalgas si decía mal la lección.
Sufrió acoso por gordito y orejón, hasta que, dice, "el mismísimo John Wayne vino en mi rescate". Ese modelo le dio tanta seguridad que "me emborraché de sensaciones de invicto y pasé una buena época arreando mamporros a diestro y siniestro".
Descubre en este enlace 8 cosas que no sabías sobre Carlos Sobera.
Carlos Sobera leyendo
Con 9 años lo vio claro: “Entendí la lección que me daba la vida”. Dejó de ser un matón e incluso aceptó que le mandaran ser portero por su figura entrada en carnes. “Nadie decía 'que se ponga el gordo' porque me hubiera mosqueado”, aclara Carlos Sobera.
Lo que de verdad dio sentido a su vida fue descubrir su sueño: ser actor. Pero, "cobarde y con miedo a fracasar", optó por hacer Derecho. Dos años opositando para notario no le sirvieron para serlo, pero le dieron disciplina, espíritu de sacrificio y memoria.
Carlos Sobera PC Adictos
Todo eso le sirvió cuando, tras años compaginando docencia universitaria con teatro amateur y labores de guionista y presentador en ETB, dio el salto a TVE con el programa ‘PC adictos’. Sin idea de informática, ni ‘telepronter’, tuvo que aprenderse los guiones. Pues ni tan mal, como diría él. Dio el pego.
Casi mata a Catherine Deneuve
Carlos Sobera firs dates
Cuestión de ‘pegada’ fue su anécdota con Catherine Deneuve, “a la que casi maté”. La llevaba del brazo hasta el plató de un programa de la tele vasca donde la iba a entrevistar Anne Igartiburu, cuando un escalón que no vio llevó a la glamurosa actriz francesa, en medio del aplauso del público, al suelo. “Nunca había oído tantos insultos en francés, ni visto tanta ira en una mirada”, dice Carlos Sobera, asombrándose de que no le despidieran.
Elsa Pataky le hizo una cobra
Carlos Sobera recordando su escena con Elsa Pataky en 'Al salir de clase'.
Otra anécdota fue su contratación en ‘Al salir de clase’. En plan pardillo acudió sin su representante y el productor de la serie le dejó claro que, para su papel y categoría, le pagarían 800.000 pesetas al mes. Ni un duro más. “A mí me pareció que me tocaba la lotería. Como profesor cobraba 200.000. ¡Aquello era cuatro veces más!”, cuenta este hombre que, en el libro, se hace cruces de que le hiciera ‘una cobra a Elsa Pataky’. Su personaje de ficción, claro.
Cuatro grandes amores en su vida
Carlos Sobera en Arde la tarde
En ‘A contracorriente’ desvela que, aunque le han gustado muchas mujeres, sólo se ha enamorado de cuatro: una compañera de universidad, una dama de la que no da nombre, su primera esposa, Elena, y la actual, Patricia Santamarina, que le despertó el deseo de ser padre.
“Alguna vez le he dicho que la quiero todo, incluso más que a mis hijas”, escribe Carlos Sobera y afirma que el peor momento de su vida fue cuando ella sufrió un cavernoma y una meningitis que casi la matan.
Carlos Sobera con Victoria Oliver
En la carrera de Carlos Sobera plagada de éxitos como presentador, productor, guionista y actor, reconoce dos fracasos rotundos –el programa ‘Arde la tarde’ y la serie ‘Quítate tú pa ponerme yo’– y que, quizás, se equivocó al rechazar formatos como ‘Pasapalabra’, ‘Moros y cristianos’ y ‘Ana y los 7’. Pero, como los salmones, remontó las aguas.