Enrique Ponce, de 52 años, está pasando por un momento complicado después de que la DANA haya arrasado el negocio de sus padres en Chiva, Valencia. Afortunadamente, el torero recibió la noticia de que sus padres, Enriqueta y Emilio, están bien, y su vivienda no ha sufrido grandes daños.Sin embargo, el negocio familiar no corrió con la misma suerte y ha quedado prácticamente destruido. Al parecer, los efectos de la tormenta fueron devastadores, llevándose consigo valiosos recuerdos familiares de generaciones anteriores.