Entrevistamos a los Mozos Arousa y nos cuentan el secreto de su gran éxito
Fans de los concursos desde niños, Borjamina, Raúl y Bruno ya han hecho historia en el género que les apasiona con su naturalidad, conexión y habilidad para relacionar palabras
Mozos de Arousa.
Cada tarde en Telecinco la taquicardia está servida a cuenta de tres jóvenes gallegos que día a día han ido engrosando el bote de ‘Reacción en cadena’, que ya supera el millón de euros gracias a su habilidad con las palabras, pero sobre todo a su complicidad y conexión.
Son “Los Mozos de Arousa”, dos hermanos y un amigo naturales de Villagarcía de Arousa que han contribuido a que el concurso presentado por Ion Aramendi sea un éxito, pues la emoción de verlos concursar y comprobar cómo cada tarde están más cerca de un premio que no para de engordar ha ido enganchando cada vez más a los espectadores, que han visto cómo este trío de jóvenes, que concursan desde el pasado 25 de mayo, han ido ganando en rapidez mental y sintonía sin que haya rival que les venza.
Sin embargo, ni el éxito ni la fama les hacen bajar la guardia, pues cada tarde para ellos puede ser la última para hacerse con el bote y ver cumplido su sueño: poder comprar un local social para su asociación juvenil, Arousa Moza.
En PRONTO hemos hablado con ellos para descubrir más sobre estos chavales que ya son estrellas de la tele.
El sueño de crear una asociación destinada a los jóvenes
Mozos Arousa
Borjamina Santamaría (se llama Borja, pero le pusieron ese apodo en honor a su perra Mina) es el mayor del grupo, el que considera que mantiene el equilibrio en este trío, el “calculador y estratega”. Tiene 30 años, está graduado en Administración y Dirección de Empresas y reconoce que desde niño es “fan de los concursos y los juegos de mesa”. DJ autodidacta y ocasional, con experiencia en teatro y en el mundo audiovisual -en su currículum destacan curiosidades como haber sido figurante de la serie “Vivir sin permiso”-, este desinhibido chaval dejó su trabajo de logística en un operador petrolífero gallego para participar en “¡Ahora caigo!”, donde se dio cuenta de que lo suyo “no era estar sentado en una oficina”, y que prefería la televisión. Gracias a ella quiere cumplir su sueño de disponer un espacio propio para la asociación juvenil que creó en 2017 para organizar eventos y actividades para jóvenes.
Cinco años más joven es su hermano Raúl, que estudió Educación Primaria, especializándose en Educación Física. Él llevaba también varios concursos a sus espaldas cuando dejó de preparar oposiciones para ponerse ante las cámaras a encadenar palabras. Con novia desde hace seis años, dentro de “Los Mozos” dice de sí mismo que es “el más pillo” y el que más la lía, aunque otros compañeros lo consideran “el más reservado”.
El benjamín del grupo -de 22 años- es Bruno Vila, “el espontáneo”, “el que no tiene filtros”, nos cuentan de él los otros mozos. Le queda un año para acabar Derecho y sueña con poder independizarse con el bote. Según Borjamina, “es un chico con muchísima cultura que ha crecido entre enciclopedias y no tiene miedo ni vergüenza cuando se pone ante la cámara”.
"Me han reconocido en un restaurante de las Azores"
Ion Aramendi con Raúl, Borjamina y Bruno, en una de las pruebas del concurso.
PRONTO: ¿Cuál ha sido la clave para que hayáis formado un equipo tan imbatible?
BORJAMINA SANTAMARÍA: El entrenamiento. Dos meses antes de grabar nuestro primer programa comenzamos a quedar todos los días sin excepción para practicar la prueba de 'Complicidad ganadora', que es la que decide todo. Si a eso le unimos nuestra experiencia y ausencia de nervios, creo que ahí encontramos la clave de nuestra imbatibilidad.
BRUNO VILA: Yo creo que entre los tres cubrimos muchas áreas de conocimiento, somos perseverantes y controlamos bien los nervios.
P.: ¿Cómo entrenáis y trabajáis la conexión entre vosotros para que os vaya tan bien?
B.V.: El hecho de que Borja y Raúl sean hermanos ayuda porque se conocen mucho, y en mi caso el paso del tiempo está haciendo que comprenda mejor su forma de pensar.
RAÚL SANTAMARÍA: Y siempre intentamos practicar por lo menos una hora al día. Si podemos, lo hacemos en persona, pero si no, hacemos videollamada para no perder el ritmo.
P.: ¿Cuál es la parte más dura de ser concursante de televisión?
B.V.: Nos cuesta adaptarnos a ser conocidos, no es algo a lo que estuviéramos acostumbrados.
R.S.: También el ritmo de vida es muy ajetreado porque son muchos los actos a los que nos invitan y cuesta decir que no.
B.S.: Para mí lo más duro es la incertidumbre, tener que dejar aparcada temporalmente tu vida sin saber si compensará o no. Llevamos ocho meses en la tele y no sabemos si estaremos un día o un año más. Y se hace difícil estar siempre al cien por cien, tanto en frescura como en ánimo.
Los Mozos de Arousa disfrazados de dinosaurios.
P.: ¿Cómo se vive la incertidumbre de que cada día pueda ser el último?
R.S.: Con la misma tensión que el primer día y con la misma ilusión de intentar continuar un día más. También nos exige seguir practicando para intentar que eso no pase.
P.: ¿Qué momentos divertidos del programa vais a guardar siempre como recuerdo?
B.V.: Cuando salimos disfrazados de dinosaurios, ese momento fue genial en mi opinión. También el programa 100 vestidos de ancianos estuvo "pavero" a mi parecer.
Los Mozos de Arousa disfrazados para el especial de Halloween.
P.: ¿Qué anécdotas divertidas estáis viviendo gracias a la popularidad que os da el programa?
B.V.: ¡Me han reconocido en un restaurante de las Azores, con eso te lo digo todo! Pero una anécdota muy simpática fue la de una señora, que un día nos dijo que pone las cinco televisiones en su casa a la vez para que el programa tenga más audiencia. En realidad, la audiencia se mide con unos aparatos que sólo hay en algunos hogares, pero no se lo dije por no quitarle la ilusión.
R.S.: Que te pare gente desde la otra esquina de la calle gritando tu nombre, que me confundan con otros famosos o pillar a gente sacándonos fotos a escondidas.
Los tres contemplan la posibilidad de vivir de los concursos
Momento en el que los Mozos de Arousa superaron la cifra mágica del millón de euros.
P.: ¿Diríais que esta experiencia os ha unido más?
B.S.: Según cómo se mire. A causa del programa pasamos muchísimo más tiempo juntos, con todo lo que eso conlleva. Lo que es indudable es que nos conocemos muchísimo más que hace ocho meses.
P.: ¿Vuestro objetivo es vivir de la tele, siendo concursantes en otros formatos?
R.S.: No me gusta cerrar puertas, y la tele y los concursos me gustan. Mi objetivo es sacar las oposiciones y tener mi plaza como profesor, ya que es mi vocación. Pero no descartaría tampoco el mundo del cine o las series.
B.V.: ¡Pues de momento mi objetivo es que sigamos siendo concursantes de ‘Reacción en cadena’ el máximo tiempo posible!
B.S.: Es muy complicado vivir de los concursos, pero se puede conseguir.
P.: ¿Qué os dice vuestra familia sobre lo que estáis viviendo?
R.S.: Que aproveche al máximo el momento, que esto sólo pasa una vez en la vida. Pero que tenga siempre los pies en la tierra y siga siendo como yo soy.
B.S.: Ellos lo viven y sufren igual que nosotros. Sobre todo nos dicen que aprovechemos la oportunidad, pero que mantengamos nuestros valores y no perdamos la cabeza.
B.V.: Al principio eran reacios a la exposición que genera salir en televisión y preferían que me centrara en mis estudios. Luego, cuando vieron lo bien que nos está yendo, ya se tranquilizaron.
P.: ¿Dónde y cómo os veis en 2024?
B.S.: Sinceramente, no lo sé.
R.V.: Ojalá seguir mucho tiempo en “Reacción en Cadena” y seguir viviendo esta aventura. Y si no es así, me veo retomando las oposiciones y dándolo todo para conseguir una plaza. Eso sí, valorando también proyectos y propuestas que puedan venir.
B.V.: Me veo afrontando nuevos retos con una ilusión enorme. Pero todo a su tiempo y, como decía Julio César: “Cuando lleguemos a ese río, cruzaremos ese puente”.
