Fernando Fernández Tapias: todo sobre la guerra entre su viuda y sus hijos mayores
La reciente muerte de Fernando Fernández Tapias ha dejado al descubierto la guerra entre su viuda, Nuria González, y sus hijos mayores, fruto de dos matrimonios anteriores
Un "enfrentamiento silencioso"
Hijos de Fernández Tapias en su funeral.
Según testigos presenciales, el entorno de Nuria González, además, no dejó huecos libres en los primeros bancos en el tanatorio. Tan tensa fue la situación, que tuvo que intervenir el servicio de protocolo del Real Madrid, que habilitó más bancos a la derecha. Dicen quienes estuvieron que fue "un enfrentamiento silencioso".
El del naviero no es el único caso en el que he sido testigo de una guerra de esquelas. Recuerdo que, en el 2010, me sorprendió otra batalla de misivas anunciando la muerte de un ser querido: la protagonizada por la familia del empresario Luis García Cereceda, el impulsor de la exclusiva urbanización La Finca.
Primero surgieron las diferencias entre su viuda, Silvia Gómez Cuétara, y las hijas del primer matrimonio del constructor con Mercedes López, Susana y Yolanda. El resultado fue una esquela, en ‘El País’, en la que Yolanda dejaba muy claro quién era la verdadera familia del empresario. "Mi queridísimo emperador, creador de la máxima belleza", empezaba diciendo, antes de señalar a los auténticos parientes. "Su única y verdadera emperatriz, Mercedes; sus únicas herederas y reinas independientes por igual, Susana y yo; con sus propios reyes de corazón, Julián y Jaime, (...) ruegan una oración por su alma", decía.
En contrapartida, Silvia Gómez Cuétara publicó su propia esquela, en la que, sorprendentemente, los familiares que aparecían eran suyos y no de su difunto esposo. Se mencionaba a los cuatro hijos que Silvia tuvo de un matrimonio anterior sin referirse a las hijas de García Cereceda, Susana y Yolanda. Visto lo surrealista de la situación, poco después, apareció una segunda nota funeraria, en la que sí salían la primera mujer del finado, Mercedes, y las dos hijas que tuvo con ella.
La historia de los García Cereceda no acabó en los diarios. El día del funeral se hizo público y notorio otro conflicto, el que existía también entre las dos hermanas, Susana y Yolanda, cuando la segunda leyó una carta en memoria de su padre en la que atacaba a la viuda pero también a su hermana, Susana, que, finalmente, se encargó de suceder a su padre al frente de Procisa.
Dos esquelas elocuentes
La esquela de Yolanda, una de sus hijas, en la que deja muy claro quién es, para ella, la única y verdadera familia de su padre.
La esquela de la viuda de Luis García Cereceda, mencionando sólo a sus familiares y dejando fuera a los del finado.
La esquela más romántica
Por suerte, aparte de las declaraciones de guerra, hay esquelas que son auténticas declaraciones de amor. Por eso me gustaría acabar este artículo rememorando una, que es un ejemplo de lo que acabo de decir. La leí en ‘El Faro de Vigo’ y fue escrita por los familiares de Silvino Bastos Ramírez, fallecido el 11 de septiembre del 2021 a los 91 años. En pocas líneas se resumía su historia de amor con su mujer, destinada a reproducirse más allá de la muerte. Decía el emotivo texto: "Porque morir de amor, se puede. Porque 63 años a su lado, no te parecieron suficientes. Porque tu lealtad sigue cuando se acaba la vida. Por todo eso, has querido seguirla".