Hace más de 30 años que Pepa Flores se retiró voluntariamente de la vida pública, pero continúa siendo un personaje más que querido y todo el mundo sigue recordando con muchísimo cariño a Marisol.
Tanto es así, que la malagueña acaba de ser premiada con el Goya de Honor 2020, un galardón que, en concordancia con su decisión de llevar una vida anónima, no fue a recoger. Sus tres orgullosas hijas, Celia, María y Tamara, fueron las encargadas de tan importante tarea, protagonizando uno de los momentos más emotivos de la gala.
Pepa sopla este martes las velas de su 72º cumpleaños en la más estricta intimidad, tal y como ella desea. Muy lejos queda su etapa en Hollywood, sus anuncios en Japón, su intervención en el famosísimo “show” televisivo de Ed Sullivan o los recibimientos con honores de Estado que le profesaban en Latinoamérica.
Alejada de los focos, Pepa vive por y para su familia y disfruta de Massimo Stecchini, su pareja desde hace más de 30 décadas, que le ha aportado la tranquilidad que tanto anheló en su juventud.