Picasso: su cara más desconocida a los 50 años de su muerte
Varios biógrafos del universal pintor malagueño han asegurado que éste maltrató físicamente a algunas de sus parejas
Un edema pulmonar puso fin a la larga vida de Pablo Picasso el 8 de abril de 1973. El talento artístico del prolífico pintor español, que falleció a los 91 años, ha sido reconocido en todo el mundo y, este año, coincidiendo con el 50º aniversario de su muerte, se sucederán los homenajes a su figura.
Sin embargo, detrás de este malagueño universal se escondía un hombre no precisamente admirable por la manera en la que trataba a los que más cerca estaban de él: sus mujeres y sus hijos.
"La dejaba inconsciente en el suelo tras golpearla"
Aunque el artista había tenido otras parejas, no contrajo matrimonio hasta 1918, un año después de haberse enamorado de la bailarina Olga Khokhlova.
En los primeros años de convivencia, ella se convirtió en su musa, pero su figura fue sufriendo transformaciones en la pintura de Picasso a medida que las crisis en la pareja, que tuvo un hijo, Paulo, se agudizaron.
En 1927, cuando el artista tenía 46 años se enamoró perdidamente de Marie-Thérèse Walter, una joven de 17 que se convirtió en su amante. Olga no descubrió la infidelidad hasta que Marie-Thérèse estaba embarazada y aunque se separó de Picasso, éste se negó a darle el divorcio para no tener que pasarle dinero. Además, solía referirse a ella como "acosadora" y "castradora".
Olga quedó marcada por la ruptura, como explicó su nieta Marina Picasso en un libro sobre el artista malagueño. "Mi abuela Olga, humillada, manchada, degradada, terminó su vida paralizada, sin que mi abuelo se dignase visitarla, una sola vez, ante su lecho de miseria y desolación", escribió en "Grand-Père".
La relación del pintor con Marie-Thérèse, madre de su hija Maya, estuvo plagada de episodios oscuros. Varios biógrafos han asegurado que Picasso solía infligir maltrato físico a la joven, a la que llegaba a quemar con cigarrillos encendidos.
Tras siete años juntos, el malagueño la dejó por Dora Maar, pero Marie-Thérèse siempre se sintió ligada al artista hasta el punto de que se quitó la vida, ahorcándose, tres años después de la muerte de éste.
También Dora Maar sufrió durante los ocho años que estuvo con el genio de la pintura. "En muchas ocasiones la dejaba inconsciente en el suelo después de golpearla", ha asegurado en una biografía del artista la autora estadounidense Arianna Huffington. Cuando Pablo la abandonó, Dora quedó sumida en una profunda depresión.
En 1943 llegó a la vida del pintor Françoise Gilot, quien le dio dos hijos, Claude y Paloma. Ella se convertiría en la única mujer que dejó a Picasso y salió más o menos indemne de su relación. Todavía viva a sus 101 años, ha hablado mucho de él.
"Pablo era una persona maravillosa para estar con él [...] Pero también era muy cruel, sádico y despiadado con los demás y consigo mismo. Les mentía infinitamente a todas sus mujeres para mantenerlas orbitando a su alrededor, de una manera perversa y posesiva", aseguró en una entrevista hace unos años.
Su primogénito y su viuda buscaron refugio en el alcohol
En más de un ocasión Gilot también se ha referido a la pésima relación que Picasso tuvo con sus hijos, en especial, con su primogénito, Paulo, al que retrató vestido de arlequín. "Nunca quiso que su hijo llegara a nada, lo menospreciaba y lo convirtió en su chófer", ha dicho. Hastiado, Paulo acabó cayendo en el alcoholismo.
Con 71 años, el pintor se enamoró de Jacqueline Roque, de 27, quien se convirtió en su segunda esposa tras la muerte de Olga, en 1955.
Después de algunos años de felicidad, ella empezó a beber en exceso. Nunca pudo superar la muerte de Pablo y se pegó un tiro en 1986.