Rafael Amargo: "Gracias a todo lo que ha pasado ahora ligo un montón"

Rafael Amargo ha afrontado meses muy difíciles desde que el pasado diciembre fuese detenido tras irrumpir la policía en su domicilio para ejecutar un registro en la búsqueda de estupefacientes. Tras ello, el bailaor fue imputado por presunto delito de tráfico de drogas y pertenencia a una organización criminal.

Pese a todo, durante este agosto ha llevado a cabo el espectáculo 'Flamenco de salón', un "show" íntimo que ha tenido lugar en la biblioteca del Teatro Soho Club de Madrid, en plaza España.

PRONTO: ¿Temías que el público no te apoyará o que hubiese un juicio público tras tu detención?

RAFAEL AMARGO: No. Yo he llenado durante dos meses un teatro de mil localidades, y todas las noches el público me gritaba: "¡Amargo, Amargo!". ¿Por qué? Porque saben quién soy. Lo que pasó es que cuatro que trapicheaban en el barrio se pusieron de acuerdo y me señalaron, y la policía se pensaba que iba a encontrar grifos de oro de veinticuatro quilates, pero cuando entraron sabían que la habían cagado. ¿Cómo íbamos a ser mi chica y yo líderes de una banda criminal con armas? ¿Qué armas?¿Palillos de dientes? Me han tachado de Al Capone. Eso sí, gracias a eso ahora ligo un montón, ja, ja.

"El daño que me han hecho me lo tienen que pagar como sea"

P.: En la prensa internacional te llamaron "Breaking Bad Spanish Dancer".

R.A.: En 18 periódicos ni más ni menos. Y es algo serio porque en muchos países donde yo he triunfado se me han caído los promotores internacionales. En mi casa no había nada, lo firmó una letrada, que dijo: "Señores, este hombre no tiene ni polvo". Hacía tres meses que ni salía ni hacía fiestas. Se verá que no habrá ni un juicio. Tengo una carrera de 30 años y el daño que me han hecho me lo tienen que pagar como sea.

Quiere ayudar a drogodependientes

P.: Ahora, ¿qué planes tienes? ¿Renovaréis este espectáculo por más tiempo?

R.A.: Yo aquí soy feliz y seguiría por años. La cosa es que no sé si voy a prorrogar porque me quiero ir a Bollywood. Si no me dan mi pasaporte, haré una huelga de hambre porque no lo quiero nada más que para trabajar, y yo ni estoy imputado en un caso ni estoy condenado a nada.

P.: ¿Visualizas tu futuro más en el cine que en el baile?

R.A.: Y en más cosas. Estoy estudiando en la Universidad de Barcelona Drogodependencias, Mindfulness y Salud Mental, y estoy con un artista muy famoso montando una clínica para la recuperación de adictos, y yo sería terapeuta. Así que figúrate si voy a ser yo narcotraficante con esos planes. Tuve incluso que pasar un tribunal porque me querían echar del máster. Menos mal que llegué ahí y di un zapatazo. Y fíjate, en el último examen he sacado un diez.

P.: ¿Cuándo crees que la justicia se pronunciará sobre tu caso y moverá ficha?

R.A.: Cuando quieran. El parchís tiene cuatro fichas, pero sé cuál va a ser mi color, el de la esperanza.