El actor y su mujer, Alejandra Silva, están muy comprometidos en mejorar la vida de los niños enfermos de cáncer.
Estrella consagrada de Hollywood y hombre atractivo por más que peine canas, Richard Gere tiene claro que la fama, además de conseguirte mesa en un restaurante abarrotado, debe usarse para dar visibilidad a los problemas que claman al cielo, esos que son injusticias que duelen. Y la crisis del Open Arms es un asunto que le ha indignado y conmovido. Tanto que, aprovechando que estaba de vacaciones con su familia cerca de Roma, decidió visitar el barco de la organización española que, el pasado miércoles, llevaba días navegando en aguas internacionales a 25 millas de Lampedusa a la espera de autorización para desembarcar en puerto seguro a 151 migrantes rescatados del Mediterráneo, sin que ningún gobierno accediera a hacerlo.
El actor les llevó víveres y habló durante un buen rato con ellos para conocer sus historias. Criticado por algunos como un acto de postureo, el compromiso del protagonista de «Pretty Woman» con los más desfavorecidos es auténtico. Lo certifica los años que lleva trabajando por muchas causas.