Rossy de Palma cumple 60 años: la interesante vida de la chica Almodóvar
Rossy de Palma cumple 60 años. Esta singular actriz, segura de sí misma, supo hacer de los asimétricos rasgos de su rostro una seña de identidad que le ha permitido desarrollar una exitosa carrera en el mundo del cine y en el de la moda más internacional
Rossy de Palma dejó Mallorca y se trasladó a Madrid
Con los miembros de su banda, Peor Imposible.
Con 19 años, se fue a vivir a Madrid, donde trabajó en lo que pudo hasta que, en el verano del 1984, empezó su carrera artística con Peor Imposible, un grupo de pop punk que formó con varios amigos y que, en plena movida madrileña, se dio a conocer con la canción 'Susurrando', probablemente su único éxito. Aunque no tenía demasiada idea de música (la echaron de un coro infantil por lo que desafinaba, aunque mejoró después tras recibir clases de una mezzosoprano), Rossy era vocalista, tocaba la percusión y la caja de ritmos y bailaba.
En 'La ley del deseo', película con la que debutó como actriz en 1987.
Trabajaba como camarera en King Creole, bar rockabily del barrio de Malasaña, cuando Pedro Almodóvar se fijó en su rostro, su personalísimo estilo (ella se hacía sus propios vestidos reciclando y "tuneando" prendas) y su desparpajo. Almodóvar le ofreció el papel de entrevistadora en 'La ley del deseo' (1987), lo que fue su debut como actriz. "Dejad que se maquille, se peine y se vista como ella quiera",dijo el manchego a su equipo durante el rodaje de una película en la que Rossy interpreta a una presentadora de televisión. En los créditos del filme apareció como Rossy Van Donna, nombre que se le ocurrió a Almodóvar.
El nombre que salió de una dedicatoria
Con Loles León, Pedro Almodóvar y Antonio Banderas en su viaje a Los Ángeles para la gala de los Oscar.
Pero no le gustó. "Hice unas fotos maravillosas con Alberto García Alix para el diseñador Manuel Piña, quien me regaló una foto en la que escribió: “Para Rossy de Palma”. Me pareció muy bonito y en la siguiente película le pedí a Pedro que cambiara mi nombre", ha contado sobre el origen de su nombre artístico.
En un fotograma de la película de Almodóvar 'Julieta'.
Así apareció en los créditos de 'Mujeres al borde de un ataque de nervios', donde era Marisa, la casta y antipática novia de Antonio Banderas. Nominaron la película a un Oscar y acudió a la gala en Los Ángeles con un vestido hecho por ella misma. "Quedamos muy decepcionados porque nos pusieron en el gallinero. Pensábamos que nos mezclaríamos con todo el mundo, pero estaba todo muy encorsetado", explicó sobre la experiencia. En 1990, intervino en 'Átame', donde volvió a destacar su fisonomía "picassiana" o "cubista", según el propio Almodóvar. Después, estuvo trabajando como actriz en Italia y, en 1994, colaboró con el director estadounidense Robert Altman en 'Prêt à porter'.
Rossy de Palma y su vida en París
Cartel de uno de los filmes que hizo en Francia.
Su personaje de una asistenta lesbiana en 'Kika' (1993) le valió ser nominada a un Goya como actriz de reparto y volvió a optar al premio por 'La flor de mi secreto' (1995), con un personaje inspirado en la hermana del propio director. Después, pasó a hacer series de televisión y anuncios publicitarios. Cansada de la sobrexposición y los constantes comentarios sobre su apariencia, se mudó a vivir a Francia, donde su amiga Victoria Abril le ayudó a entrar en el cine francés, en el que ha trabajado mucho.
Dos hijos de padre no identificado
Con un rostro tan peculiar como fotogénico, Rossy ha sido durante muchos años modelo.
De Palma ha compaginado el cine con otras facetas como el teatro, la música (colaboró con Rosalía en un tema, 'Preso') o posar para fotógrafos de la importancia de Herb Ritts. También ha desfilado para diseñadores como Jean Paul Gaultier, Alexander McQueen, Thierry Mugler, David Delfin, Palomo Spain o Sybilla y ha colaborado con Louis Vuitton, Gap, Louboutin y la marca de maquillaje MAC. Hizo una campaña fotográfica para unos grandes almacenes de Nueva York, lo que disparó su fama en EEUU.
Con su rostro asimétrico y un cuerpo moldeado por la danza clásica, Rossy ha trabajado como maniquí para las marcas de mayor prestigio del mundo de la moda.
Siempre muy reservada con su vida personal, se sabe que Rossy, que es taoísta y lleva un dragón tatuado en el brazo, fue diez años pareja del modelo Santiago Lajusticia. Tras su ruptura, tuvo a su hijo: Gabriel (1998) y una niña, Luna (1999). Nunca ha querido revelar la identidad del padre, pero sí ha dicho que la sometió a malos tratos.
Con Gabriel (ilustrador) y Luna (modelo), sus dos hijos y que llevan su apellido: García.
De regreso a España tras sus años parisinos en los que se hizo muy amiga de la alcaldesa, Anne Hidalgo (única política a la que ha apoyado públicamente), esta actriz que en el 2019 fue premiada con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, volvió a trabajar en películas como '3 bodas de más', 'Anacleto, agente secreto', 'Toc toc', así como en dos nuevos títulos de Almodóvar: 'Julieta' y 'Madres paralelas'.
Con Koffy, su última pareja, un ingeniero franco-marfileño.
Antitaurina, con perfume propio (Eau de Protection), vecina de Majadahonda, donde vive, y poco amiga del alcohol o las drogas, en la tele rechazó participar en 'Supervivientes', pero aceptó 'Bailando con las estrellas', fue invitada en 'MasterChef' y ha hecho series de tele como 'La Mesías'. Llega a la sesentena sin pareja (su último novio fue el ingeniero franco-madrileño Koffy), en activo y sin haber acabado uno de sus grandes proyectos: un libro sobre los genitales femeninos.