Susanna Griso se emociona hablando de su segundo hijo adoptivo
La presentadora de 'Espejo público' se ha sincerado con Pablo Motos sobre su 'cuarto hijo', un joven que acogió llamado Koudus
Susanna Griso ha sacado todas sus caras en 'El hormiguero'. La periodista ha vuelto a sentarse con Pablo Motos para hablar de algunos temas de actualidad, pero también ha hablado de su faceta como madre, y es que la presentadora tiene tres hijos, la más pequeña, adoptada; pero además, ha acogido a un joven llamado Koudus, de quien ha hablado con emoción.
"Yo siempre digo que soy madre de cuatro hijos", ha explicado antes de contar la historia del joven, de quien ha presumido en redes más de una vez. "Mi hermana trabaja en centros de niños tutelados, llamados 'menas', que es una palabra que no me gusta. Son niños que vienen de Marruecos, del Norte de África, de países subsaharianos", ha contado.
Susanna Griso se sincera como nunca sobre Koudus, el joven que ha acogido
"Un día me llama mi hermana y me dice: 'Hay uno de los niños, a los que le estoy dando clase de castellano, que se queda en la calle. Él tiene papeles, pasaporte... que demuestran que tiene 16 años, pero en la prueba de muñeca le sale que tiene más de 18 años. Hay mucho error en la prueba de muñeca", ha especificado. Ante esta situación, la periodista y su hermana tomaron una decisión que le cambiaría la vida a Koudus y a ellas.
"Le pagué los estudios y prácticamente le hemos adoptado entre las dos. Es guapo, simpático, buena gente, feliz, unas castañuelas. A ella le llama abuela y a mí me llama mamá", ha confesado muy emocionada. "Cocina maravillosamente, es muy trabajador. Ahora ya tiene papeles. Yo estoy muy orgullosa de él. Ha estudiado FP y ha hecho las pruebas de catalán, que tiene mucho mérito. Es una persona que habla cuatro idiomas africanos", ha dicho.
Susanna, que ahora conoce de cerca el tema de los niños tutelados, ha querido agradecer que se haya cambiado el reglamento que ha facilitado la adaptación de su cuarto hijo. "Se encontraban que, cuando cumplían 18 años, estaban en un limbo legal en el que no podían ni trabajar ni estudiar. No tenían dinero para seguir los estudios. Los abocabas al top manta, a la delincuencia, a condiciones muy difíciles. Incluso ha habido muchos casos de suicidios. Ellos llegan con el sueño de trabajar, de seguir aquí, y eso se queda truncado. Y gracias a ese cambio de reglamento la integración está siendo bárbara".